miércoles, 8 de enero de 2014

¡Mi Príncipe!: Ganadora de seis premios en los Awards to the Best of Portal Glook


Ayer 7 de enero de 2014, la exitosa webserie de comedia romántica "¡Mi Príncipe!" logró llevarse seis premios en la gala final de los Awards to the Best of Portal Glook, una edición virtual de premios que se entrega a las webnovelas, webseries y variedades como lo mejor de año en el foro Portal Glook, mismo foro donde se ha organizado. La gala estuvo presentada por Ismael Cala y Rashel Díaz virtualmente. Entre los premios que se logró llevar ¡Mi Príncipe! destacan Mejor webserie del año, Mejor escritor de webserie, Mejor actriz protagónica de webserie, Mejor actriz antagónica de webserie, Mejor actriz y actor de reparto de webserie.

Con estos nuevos premios ganados, ¡Mi Príncipe! se posesiona hasta el momento como la mejor web-historia escrita por Aleja Soto, gracias también a la gran acogida que tuvo en sus meses de publicación en Portal Glook, además también de ser una de las más completas y mejor redactadas. 

Para disfrutar de la gala final de los Awards to the Best of Portal Glook, haz click en el siguiente enlace:


(Nota: Estos premios emulan los premios que se hacen a las telenovelas o películas, por lo que las entrevistas a actores son ficticias y ellos nada tienen que ver. Sus rostros sólo inspiran a los personajes de las historias).

viernes, 22 de noviembre de 2013

Carola encontró su príncipe


Luego de un año de publicación en su blog oficial, llegó a su final esta divertida webnovela, exitosa en aquellos foros donde ha sido publicada. Muchas gracias a todos aquellos que la han leído y la leerán, porque de seguro les divertirá y les enamorará. 

viernes, 15 de noviembre de 2013

¡Mi Príncipe! // Capítulo 15 // ¿Eres mi príncipe? (Gran final última parte)

INT. / HOSPITAL, OFICINA DEL DOCTOR / AL DÍA SIGUIENTE

Elisa se encuentra en la oficina del doctor que la atendió el día anterior cuando la atacó un severo dolor de cabeza y Gaby la acompañó hasta el hospital. El doctor no tiene un buen gesto en el rostro y Elisa está ansiosa por irse.



Doctor (muy serio): Señorita Montero. Lamento decirle que no le tengo buenas noticias.

Elisa (un poco preocupada): ¿A qué se refiere doctor? ¿Qué salió en los exámenes que me realizó ayer?

Doctor: Señorita, en estos momentos usted… tiene alojado un tumor maligno en el cerebro. Tiene cáncer. Lo peor de todo es que es un tumor inoperable debido a la ubicación en la que se encuentra. Lo siento mucho…

Elisa (impresionada): ¿Qué me está diciendo doctor? ¿Me voy a morir? (asustada). ¿Qué significa eso? (histérica).

Doctor: Cálmese, por favor. Sé que la noticia debe afectarle bastante. Para nadie es fácil saber que le queda poco tiempo de vida, pero debe tener resignación.

Elisa: ¡Eso no puede ser! ¡Yo no puedo morir! (solloza). ¡Debe haber algo mal en esos exámenes! Este hospital está lleno de ineptos. Eso es, está lleno de ineptos y me están haciendo un mal diagnóstico.

Doctor: Para nada señorita. Usted sabe que este es uno de los hospitales de mayor renombre de la ciudad. Los exámenes son muy precisos y exactos, no pueden mentir. Entiéndalo. Aunque claro, si desea puede consultar una segunda opinión médica. Está en todo su derecho.

Elisa: (entre lágrimas) ¿Cuánto tiempo me queda de vida?

Doctor: (suspirando) De seis a nueve meses. Lo más seguro es que seas seis porque el tumor ha crecido silenciosamente de una manera impresionante. Lamento que no podamos hacer algo por usted. Una operación y una quimioterapia serían inútiles, pero está bajo su decisión si quiere intentarlo.

Elisa no dice nada, toma su bolso, los exámenes y luego sale de la oficina del doctor consternada por completo.

INT. / GABY MUSIC, OFICINA DE GABY / MÁS TARDE

Horas después, Gaby está en su oficina, acompañada de un abogado. Él está al otro extremo del escritorio. Gaby acaba de contarle la situación de Carola.



Gaby: Y eso es lo que sucede con mi nieta Sr. Álvarez. Como le digo, está incriminada hasta el fondo, porque encontraron los objetos hurtados en su apartamento, pero ella es inocente. Ella no se robó nada.

Abogado: Seré sincero con usted doña Gaby. Su nieta está en una situación difícil, porque todo apunta a que ella en realidad si fue la ladrona, así sea inocente de todo lo que se le imputa.

Gaby (preocupada): ¿Y qué me quiere decir con eso? ¿No es posible que Carola pueda salir en libertad condicional?

Abogado: (suspirando) Desgraciadamente no. Lo máximo que podríamos hacer por Carola sería que el juez rebajara su condena por unos dos meses. Hay que tener en cuenta que sólo se trata de un caso de hurto y por tanto, no se utiliza la violencia física o la obligación, a diferencia del robo que es algo mucho más grave. Necesitaríamos también que Carola se declarara culpable.

Gaby: ¡Pero eso es inaceptable! ¿Cómo va a declararse culpable de algo que no hizo?

Abogado: Es necesario, porque de lo contrario, su nieta corre el riesgo de quedarse un año en la cárcel. La única posibilidad que le permitiría a Carola salir en libertad condicional, sería que la persona que levantó la denuncia, la retirara.

Gaby: (levantándose al mismo tiempo que el abogado) Le agradezco por todo Sr. Álvarez. Hablaré con la señorita Elisa que es la denunciante para ver a qué acuerdo podemos llegar. Si no logro nada, lo llamaré de inmediato.

Abogado: Por supuesto doña Gaby. Tenga un buen día.

Gaby acompaña al abogado hasta el ascensor. Cuando salen de la oficina, Litzi los ve. Una vez se va el abogado, Litzi corre a hablar con doña Gaby. Las dos se meten a la oficina para hablar con más tranquilidad.



Litzi: ¿Y qué le dijo el abogado doña Gaby? ¿Puede hacer que Carola salga de ese horrible lugar?

Gaby: No Litzi. La única manera en que Carola puede salir de la cárcel es que la señorita Elisa retire la denuncia, sino, mi pobre nieta tendrá que estar allá un par de meses. Lo que el abogado puede hacer con nuestros testimonios y si Carola se declara culpable, es que le rebajen la pena.

Litzi (preocupada): No puede ser. La cárcel es el lugar más horrible por el que puede pasar una persona siendo inocente. No quiero imaginarme las penurias tan terribles por las que Carola pasaría estando allá encerrada. ¿Por qué no trata de convencer a la señorita Elisa?

Gaby: Eso pienso hacer cuando llegue. Es raro que todavía no haya llegado con lo puntual que es. Justo ayer fui hasta su oficina para hablar con ella, pero de repente le dio un dolor de cabeza y la acompañé hasta el hospital porque no soportaba el malestar.

Litzi: Sí, yo las vi salir. ¿Y la dejaron hospitalizada?

Gaby: No, sólo la sometieron a unos exámenes durante una hora. Desde hacía un tiempo se estaba mareando muy raro. Ella dice que es estrés. A lo mejor aún no llega porque fue a recoger los resultados de los exámenes. Lo cierto es que de hoy no puede pasar. Debo buscar la manera de persuadirla para que retire esa absurda acusación de una buena vez.

Ambas se quedan preocupadas por Carola.

INT. / GABY MUSIC, ESTUDIO DE GRABACIÓN / DÍA

Samael se encuentra a solas con Esteban en el estudio de grabación de la disquera. Samael acaba de contarle a su amigo los motivos por los que Carola está enojada con él.



Esteban (molesto): ¿Y todavía te cuestionas por qué Carola está furiosa contigo? ¿Te parece poco que se haya enterado que hace tan sólo unos meses la tratabas de conquistar por burlarte de ella? ¡Por favor Samael!

Samael (apenado): Ya lo sé Esteban, no me lo repitas más. Ya bastante mal me siento con todo esto.

Esteban: (suspirando) Está bien. No te voy a recriminar más tus errores, pero debiste pensar que cuando te dije que Carola estaba enamorada de ti fue para que cambiaras de actitud con ella, no para que intentaras burlártele.

Samael: También lo sé, pero es que… me terminé enamorando sinceramente de ella. Yo la amo Esteban y me duele que por mi culpa esté sufriendo, por mis estúpidos errores del pasado (sollozo).

Esteban: ¿Y cómo fue que se enteró de lo que le dijiste a Elisa esa noche? Y las fotos, ¿cómo llegaron a tu celular?

Samael: La verdad no tengo idea, pero para mí alguien debió haberla manipulado, alguien que quiere que Carola y yo estemos separados. En pocas palabras, alguien le contó todo lo que hablé con Elisa esa noche cuando no llegué al hotel y esa misma persona, es la responsable de la captura de esas fotos. Las guardó en mi celular con la intención de que Carola las viera y las malinterpretara.

Esteban: ¿Sabes Samael? Me gustaría equivocarme, pero me da la impresión de que esa persona es Elisa.

Samael (sorprendido): ¿Elisa? ¿Y por qué haría ella todo eso?

Esteban: Es simple deducción. Piensa. Elisa tiene motivos de sobra para separarte de Carola. Recuerda que ella también está enamorada de ti. Además, la única manera en que Carola pudo haberse enterado de todo lo que hablaste con Elisa esa noche debió ser por la misma Elisa que le contó y le lavó el cerebro como se dice por ahí.

Samael: ¿Y con las fotos?

Esteban: Debió contratar a algún fotógrafo para que los capturara en posiciones fáciles de malinterpretar. Tú me dijiste que en una de las fotos, Elisa te está besando. Esa era la posición perfecta para que Carola pensara lo que no es.

Samael: La verdad no entiendo nada de esto. Lo seguro es que Carola no me quiere volver a ver por culpa de esas imágenes y de lo que le hayan dicho de mí, que a fin de todo es cierto. Debo buscar una manera de que podamos hablar, de que yo le pueda explicar.

Esteban: Lo único que puedo hacer por ti es hablar con ella y tratar de convencerla, pero no la voy a presionar.

Samael: (sonriéndole) Gracias Esteban. Te lo agradecería mucho. Lo otro que me queda por hacer es averiguar la persona que intriga contra mí y exigirle que me dé una explicación y de paso se la dé a Carola para que pueda perdonarme.

Samael continúa perturbado frente a la mirada de Esteban.

INT. / GABY MUSIC, PISO PRINCIPAL / DÍA

Minutos después, Elisa ya ha llegado a su oficina. Se sienta pensativa. Aún está en shock luego de enterarse que está condenada a muerte. Afuera de la oficina, Morticia se baja del ascensor y se puede ver la inmensa ira que lleva consigo. Litzi la ve desde su puesto de trabajo extrañada y al ver que Morticia va a entrar sin permiso a la oficina de Elisa, corre a detenerla.



Litzi: ¡Doña Morticia! ¡Deténgase! La señorita Elisa dijo que no quería que nadie la molestara.

Morticia (furiosa): ¡Atrás coña que yo mato a esa piruja del demonio!

Morticia entra a la oficina de Elisa. Ésta última se levanta sorprendida. Litzi preocupada presencia todo.

Elisa (molesta): ¿Pero cómo se atreve usted a entrar así a mi oficina? ¿Qué se ha creído? Ya no es socia de esta disquera, así que lárguese.

Morticia: ¡La que se va a largar eres tú huesuda estúpida! ¡Pero al infierno mismo!

Y Morticia se abalanza sobre Elisa y la toma del cabello fuertemente. Elisa grita adolorida pidiendo auxilio. Litzi desesperada, corre a la oficina de Gaby.

Morticia: (cacheteando a Elisa) ¿Cómo es eso de que mandaste a la cárcel a mi sobrina? ¡Ella no te robó nada! ¡Lo que es con ella es conmigo rubia oxigenada!

Elisa: (gritando) ¿¡Qué le pasa!? ¡Suélteme inmediatamente maldita vieja loca! ¡Lárguese de aquí porque no sabe de lo que soy capaz!

Morticia: (jalándola del pelo) La que no sabe de lo que yo soy capaz eres tú. Te voy a arrastrar de las greñas hasta la estación de policía para que retires esa denuncia. ¡Coña del demonio! (vuelve a cachetear a Elisa mucho más fuerte).

Gaby entra en ese momento acompañada de Litzi a la oficina donde se ha formado tremendo alboroto. Algunos empleados de la disquera se reúnen afuera curiosos.



Gaby: (tratando de detener a Morticia) ¡Morticia! ¡Te exijo que sueltes a la señorita Elisa! ¡Hazlo ahora!

Litzi: Doña Morticia, hágale caso a su hermana. No queremos una muerta en la disquera, por favor, suéltela.

Morticia: (jalando cada más fuerte a Elisa del pelo) ¡No me insistan que no voy a soltar a nadie caray! ¡Yo la mato! ¡Yo la mato!

Gaby: (gritando) ¡Ya basta Morticia! ¡No más! ¡Basta! ¡Cálmate!

Gaby cachetea a Morticia para que se calme, logrando el cometido. Morticia se calma, pero segundos después le devuelve la cachetada a Gaby.

Morticia: ¡Oh, lo siento mi querida hermana! Te confundí con la Elisa, perdóname.

Gaby: ¡Bueno, ya! ¡Quiero silencio! ¡No más peleas en mi disquera!

Elisa: (llorando de ira) ¿Por qué no meten esa anciana a un sanatorio? ¡Está loca! ¿Cómo entra a mi oficina a golpearme?

Morticia: ¡Vieja tu madre malnacida! El hecho de que seas ahijada de mi esposo, no quiere decir que no deba ponerte en tu lugar. Te daría otra sino fuera por mi hermana.

Gaby: ¡Ya basta por favor! ¡No quiero este tipo de espectáculos en mi disquera! ¡Vuelvan todos a sus trabajos, incluida tú Litzi!

Litzi: Claro doña Gaby, con permiso.

Litzi sale de la oficina de Elisa, cerrando la puerta tras sí. Los empleados que habían venido a curiosear, volvieron a sus trabajos. Minutos después, las tres mujeres se encuentran sentadas, hablando civilizadamente dentro de la oficina.

Gaby: Lamento mucho que Morticia no se haya comportado bien con usted hace unos momentos señorita Elisa, pero le ruego que no tome en cuenta este incidente para seguir afectando a Carola. Usted y yo sabemos que ella no es ninguna ladrona.

Elisa: ¡Claro que sí lo es! ¿Cómo explica que los dólares y mis joyas aparecieran escondidas en el apartamento de su nieta? ¿Y cómo explica también que su identificación apareciera en mi casa?

Morticia: ¡Por favor! No trates de tomarnos por tonta. Sabemos muy bien que lo que quieres es inculpar a Carolis porque te cae mal.

Elisa: Pues no lo niego. Carola me cae muy mal. Es como una cucaracha inmunda, que cuando trata de sacarse para afuera, lo que hace es meterse más. Pero yo no tengo por qué inculparla en un crimen a no ser que en verdad lo haya cometido.

Gaby: Pero señorita Elisa…

Elisa: ¡Pero nada doña Gaby! No me siga insistiendo. Su nieta merece estar encerrada, pagando su pena por hurtarme. Ella merece lo peor para que aprenda su lección. Carola me ha hecho mucho daño y yo no puedo tener contemplaciones con ella. Lo único que puedo decirles a las dos es que estaré pensándolo. Ahora retírense de mi oficina. Bastantes disgustos me han causado ya.

Gaby y Morticia se levantan y salen de la oficina, cabizbajas. Elisa se queda haciendo un mal gesto. En sus ojos se puede ver la ira tan inmensa que siente.

Los días van pasando de esa manera. Se intercalan diferentes escenas. Esteban visita sin falta a Carola cada tarde, procura sacarle una sonrisa en medio de su angustia y también trata de convencerla de hablar con Samael, pero ella se niega. Morticia, Gaby y Litzi también visitan a Carola todos los días. Las tres tratan de darle ánimos. Litzi le lleva a Carola sus peluches y cosas personales. Por otra parte, a Spock le dan de alta en el hospital. Morticia al ver como su adorado esposo le es indiferente y frío, se entristece. También, algunos empleados de la disquera van a atestiguar a favor de Carola, incluso el portero del edificio inmobiliario donde ella vive.

Samael en las noches, llora en silencio en su apartamento, mientras observa una fotografía en la que sale con Carola abrazados y desbordando amor. Carola, encerrada en su celda llora por la herida de amor y la impotencia de no poder hacer nada para salir de ahí. Elisa también llora cada noche sola, bebiendo licor, pues aún no supera saber la terrible enfermedad que padece.






Elisa: ¡Maldita zarrapastrosa! ¿Por qué no te mueres en vez de mí? (llorando desconsolada). Por tu culpa no podré estar mi vida entera con Samael, porque tengo cáncer, un cáncer que mereces tú. (Tira una botella contra la pared estallando en pedazos). ¡Nooooooooooo! ¿De qué sirvió haberte metido en la cárcel si cuando salgas yo estaré muerta y vas a correr a los brazos de Samael? ¡Estúpida!

De repente, Elisa empieza a reír como loca y su mirada se transforma en la de una psicópata.

Elisa: No, para nada… Yo no me voy a morir. No le voy a dar ese gusto a la zarrapastrosa. Si Samael no es mío, tampoco será de ella. Si yo me muero, ella se muere también. Ya verás Carola Gómez… Ya verás. Así sólo sean unos pocos meses, Samael será mío. ¡Mío!

Y se queda riendo malévolamente en medio de la oscuridad.

INT. / ESTACIÓN DE POLICÍA / UNA SEMANA DESPUÉS, DÍA

Todos los amigos y familiares de Carola están reunidos en la oficina del agente de policía, encargado del caso. Están presentes Esteban, Litzi, Gaby y Morticia. Los cuatro esperan al agente, ansiosos. El agente entra a la oficina sosteniendo una carpeta en la mano.



Agente: Buenas tardes. ¿Cómo están?

Gaby: Ya se imaginará usted que no muy bien desde que mi nieta está aquí siendo inocente. Pero vinimos todos para conocer cuál es la decisión del juez.

Litzi: Ojalá que nuestros testimonios y los de todas las personas que vinieron esta semana a atestiguar a favor de Carola sirvan de algo y la dejen en libertad condicional.

Esteban: Dios te oiga Litzi.

Morticia (desesperada): ¡Pero ya señor agente! ¡Léanos el veredicto de ese juez ya que nos morimos del ansia!

Agente: Bueno, pues como saben, el delito que cometió Carola es delito leve y por eso, no había necesidad de abrir un juicio con jurado. Vamos a ver cuál es el fallo.

El agente abre la carpeta y saca un documento. Mientras lee, la escena se llena de gran tensión y nerviosismo. El agente no hace un buen gesto en el rostro cuando termina de leer.

Agente: (suspirando) Lamento informarles esto, pero Carola Gómez fue sentenciada a un año de cárcel.

Las mujeres se llevan la mano a la boca. Esteban triste por el fallo del juez, se sienta.

Gaby (solloza): No puede ser… Carola… Carola no puede ser traslada a una cárcel, por Dios, no puede.

Agente: Créame que lo siento doña Gaby, pero esa ha sido la decisión del juez. De hecho, aquí también dice que la pena originalmente era de un año y medio, ya que su nieta cuenta con antecedentes. Una vez le robó a un cartero su bicicleta.

Esteban: Pero ella pagó los daños y perjuicios hasta el último peso a ese cartero.

Agente: Pero por desgracia, con ese hecho se abrió un historial. La pena fue rebajada más que todo por los testimonios que dieron a favor ustedes y los conocidos de la señorita. Además hay que destacar que ella se declaró inocente y eso no le ayudó mucho a la rebaja.

Morticia: ¿Pero cómo iba a declararse inocente si no le robó nada a la huesuda esa de Elisa? ¡Qué injusticias se cometen en el mundo coños!

Agente: Si les sirve de consuelo, Carola puede quedar en libertad antes del año por buena conducta, pero en dos horas será traslada a una cárcel modelo.

Litzi no puede evitar conmoverse por la situación, por lo que se le saltan las lágrimas. Esteban se levanta a consolarla. Y a pesar de las diferencias entre hermanas, Gaby y Morticia también se consuelan entre sí.

INT. / ESTACIÓN DE POLICÍA, CELDAS / DOS HORAS DESPUÉS

Carola está en su celda, sentada en la cama. Observa una fotografía en que salen capturados ella y Samael abrazados, sonriendo felices y enamorados. La muchacha recuerda las duras palabras que escuchó en la grabación.



Carola: ¡Te odio Samael! Te odio pero a pesar de eso, tampoco puedo evitar quererte todavía. Tengo que olvidarte para siempre porque sino no podré cargar con este dolor (se lleva la mano al pecho).

De repente, Carola ve que se acercan a la celda Gaby, Morticia, Litzi y Esteban, acompañados de dos policías. La muchacha se levanta extrañada. Uno de los policías abre la celda.

Carola (ilusionada): ¿Me van a sacar de aquí? ¿Voy a salir de aquí? ¿Por qué traen esas caras? ¿Qué pasa? ¡Díganme!

Morticia (triste): ¡Ay mi Carolis! ¡Te van a sacar de aquí pero pa’ llevarte a otra cárcel más grande!

Los dos guardias esposan a Carola y la sacan de la celda.

Carola (consternada): ¿Qué? ¡No! ¡Suéltenme! Yo ya no quiero estar más ni aquí ni en otra cárcel. ¡No, por favor! ¡Suéltenme!

Gaby: (llorando) Carola, perdóname, pero no puede hacer nada para sacarte de este horrible lugar. Te sentenciaron a un año de cárcel. Lo lamento mucho.

Carola: ¡No esto no me puede estar pasando! ¡Yo no quiero ir a la cárcel! (muy asustada). ¡Nooooooooooo! (empieza a llorar de los nervios). ¡Suéltenme!

Litzi con decisión se interpone para evitar que salgan los policías con Carola.

Litzi: Ustedes no van a sacar a Carola de aquí. Sí se la llevan, me llevarán a mí también.

Policía 1: Señorita, apártese por favor, no queremos recurrir a la fuerza.

Morticia: (interponiendo el paso) ¡La flacuchenta esta tiene razón! No podemos permitir que saquen a Carolis de aquí. ¡Tenemos que hacer una huelga!

Policía 2: (hablándole a Morticia y Litzi) Si no se apartan, podemos encerrarlas a las dos por obstrucción a la ley. Lo mejor es que se quiten de una buena vez.

Carola: ¡No! ¡Tía, Litzi! Yo no quiero que las metan aquí por mi culpa (llorando). Denles paso a los policías (resignada). Los quiero mucho a todos… Cuídense…

Finalmente los policías salen casi que empujando a Morticia y Litzi, con Carola que tiene el rostro bañado en lágrimas. La chica es montada a una patrulla que la trasladará a una cárcel modelo.

INT. / GABY MUSIC, OFICINA DE ELISA / DÍA

Elisa está en su oficina sola, leyendo unos documentos, pero no logra concentrarse, por lo que saca de su bolso una botella de licor que traía, la destapa y bebe. Luego, se toma una pastilla y vuelve a beber licor. De repente, a la oficina entra Samael muy enojado. Elisa se sorprende.



Samael (furioso): ¡Eres una persona despreciable Elisa! ¡Una enferma mental!

Elisa no entiende a qué se debe la ira de Samael.

INT. / CÁRCELARIO FEMENINO / DÍA

Ya Carola ha llegado a la cárcel donde purgará injustamente su condena. Antes de instalarse en alguna celda, la joven debe pasar por los vestidores. Una guardiana estricta le entrega el uniforme de mala gana.

Guardiana: ¡Toma! ¡Ponte esto rápido!

Carola recibe el uniforme con lentitud. En sus ojos se puede ver lo mucho que ha llorado, ya que los tiene rojos e hinchados.

Guardiana: ¡Dije que rápido niñita! Aquí no es el mismo mundo en que vivías antes. Bienvenida. Vete adaptando porque la vida no te será muy fácil si sigues de retardada.

La guardiana sale de los vestidores. Carola empieza a desvestirse para ponerse el uniforme de presa.

INT. / GABY MUSIC, OFICINA DE GABY / DÍA

Gaby está en su oficina, acompañada de Morticia. La primera observa una fotografía enmarcada de su difunto hijo, abrazando a Carola de niña.



Gaby (nostálgica): Me siento tan mal Morticia. Me siento como una mala abuela que ha dejado desampara a su única nieta. Es mi culpa que ahora Carola esté en la cárcel.

Morticia: Pos lamento confirmártelo, pero tienes toda la razón. Todo pasó hace muchos años, pero lo recuerdo como su hubiera sido ayer, cuando dejabas a Carolis sola por irte de viajes de negocios. Tú no te comportabas como una verdadera abuela.

Gaby: Lo sé, y me arrepiento mucho de eso. Carola era una niña que recién había perdido a sus padres. Yo había perdido a mi hijo y ese dolor me hacía ser una egoísta con ella. En parte sentí que la culpa la tenía Carola. La descuidé cuando le prometí a mi hijo protegerla (triste).

Morticia: ¡Ay Gaby! Ya deja de pensar en eso que lo haces es hacerte más daño. Ya lo hecho, hecho está. Lo mejor es caminar hacia el futuro para tratar de emendar los errores del pasado.

Gaby: Me gustaría hacerlo Morticia, pero aún sigo tan atada a esos recuerdos del pasado. Tú sabes muy bien por lo que pasé cuando resulté embarazada a tan temprana edad, era casi una niña todavía. Tuve que casarse obligada por los preceptos anticuados de nuestros padres. Todas esas penurias y penas me son tan difíciles de dejar ir…

Morticia: ¡Pos las tienes que dejar ir! Es lo mejor para ti y para Carolis si quieres que su relación por primera vez mejore. ¡Uy! ¡Yo debería ser psicóloga! (emocionada).

Gaby sólo suspira resignada mirando a su hermana.

INT. / GABY MUSIC, CAFETERÍA / DÍA

Litzi y Esteban está en la cafetería tomando un café tibio cada uno. Los dos están mal por lo que ha pasado con Carola.



Litzi: ¿Qué vamos a hacer Esteban? No quiero imaginarme a mi pobre amiga en esa cárcel, enfrentándose con las vándalas que estarán allá encerradas. Dios quiera que no le pase nada malo.

Esteban: Yo aún no puedo superar que Carola vaya a estar un año allá. Ya la sentencia está hecha y el abogado no puede revocarla, a menos que algo extraordinario o un milagro demostrara que Carola es inocente.

Litzi (pensativa): ¿Un milagro? Esteban, ¿qué tal si hacemos algo para sacarle información a la señorita Elisa?

Esteban: ¿Estás loca Litzi? ¿Cómo podríamos sacarle información?

Litzi: No lo sé, pero algo se me tendrá que ocurrir. Para empezar, yo sé a qué fue Carola esa noche al apartamento de la señorita Elisa, esa noche en que ocurrió el supuesto robo.

Esteban (extrañado): Carola logró decirme algo parecido, que estuvo en el apartamento de Elisa, pero es un recuerdo muy vago.

Litzi: Carola estuvo esa noche en ese lugar, porque la misma Elisa se lo pidió. La convenció para mostrarle una grabación de Samael, en la que él le decía a ella sus verdaderas intenciones con Carola. Supongo que tú conoces ya toda la situación, ¿no?

Esteban: Claro, pero Litzi ¡Eso que me estás diciendo es muy importante! Con razón sospechaba que Elisa fue la persona que intrigó en contra de Samael para separarlo de Carola. Tengo razón.

Litzi: ¿Cómo así Esteban? No te entiendo.

Esteban: Litzi, esa grabación que escuchó Carola la realizó Elisa con el único propósito de separarla de Samael. Créeme que las palabras que haya dicho Samael en esa grabación, aunque fueron verdaderas, ahora no lo son, porque él está arrepentido. Samael verdaderamente está enamorado de Carola.

Litzi (sorprendida): ¿En serio?

Esteban: Sí, es en serio. Yo me molesté mucho con Samael cuando me confesó que al principio, sólo quería jugar con Carola, pero después lo examiné y vi que cuando me decía que estaba arrepentido, lo sentí sincero. Las fotos que Carola también vio, son solo una malinterpretación. Elisa hizo caer a Samael en una trampa. Todo ha sido un montaje bien logrado por ella. Ya lo veo.

Litzi: La verdad no sé si creerte Esteban (indecisa). Puede que Samael te está viendo la cara de tonto a ti también, como se la trató de ver a Carola. ¡Ay! ¡Yo la verdad no sé qué pensar! La señorita Elisa le aseguró a Carola que Samael sólo quiere las mujeres para pasar el rato, y cuando se aburre de ellas, las deja tiradas como un trapo viejo por ir tras otra. Eso le pasó a Elisa.

Esteban: (riendo) ¡Por favor Litzi! ¡Todo es una artimaña de esa mujer! Por algo nunca me cayó del todo bien. Todo encaja perfectamente. Piensa, con todo lo que hizo, mató dos pájaros de un solo tiro. Por una parte, logró engañar a Carola y por la otra, la metió en la cárcel. Por eso le insistió en que fuera a su apartamento.

Litzi (asustada): ¡Ay no esteban! ¿Será posible? ¿Cómo podemos confirmar eso?

Esteban: Esta mañana hablé con Samael. Me dijo que hacía unos días estaba realizando unas averiguaciones y que ya está cerca de averiguar quien fue la persona que intrigó contra él. Pero deberíamos hablar con él para que sepa de una vez quien es en realidad la señorita Elisa Montero.

Litzi mira a Esteban con cierta preocupación.

INT. / GABY MUSIC, OFICINA DE ELISA / DÍA

Unos pisos más arriba de la cafetería en la que están Litzi y Esteban, Samael se encuentra furioso en la oficina de Elisa. Ella está desconcertada por su actitud.



Elisa: ¿Por qué me hablas así Samael? ¿Qué te pasa?

Samael: ¿Y todavía tienes el descaro de preguntármelo? ¡Pero que cínica eres Elisa! ¡Eres una desgraciada! Resulta que me he enterado de algo muy interesante, pero no estaba seguro, así que lo averigüé por mi propia cuenta.

Elisa (desconcertada): ¿De qué estás hablando mi amor? No me trates así. Me duele mucho.

Samael (sarcástico): ¿Te duele mucho? ¿Y no te dolió haber engañado a Carola para que rompiera conmigo? ¡Por que ya lo sé! Esta mañana, hablé con dos personas. Una de ellas, era un fotógrafo, al cual tú contrataste esa noche que salimos a cenar y nos encontramos con Carola y Esteban en el restaurante.

Elisa: ¡Samael! ¡Yo puedo explicarte!

Samael: No me tienes que explicar nada. Por eso te comportaste tan cariñosa conmigo, querías hacerme caer en una trampa para que ese fotógrafo nos capturara en una mala posición. Y luego, te aprovechaste de que pasé la noche en tu apartamento para guardar las fotos en mi celular y mostrárselas a Carola.

Elisa (solloza): ¡Lo hice porque te amo! (Se levanta de su silla). Aunque en ese tiempo tú no tomabas en serio a Carola, yo no soportaba que ella sí estuviera enamorada de ti. Tenía que apartarla del camino de alguna manera, porque corrías el riesgo de enamorarte de verdad de ella. Y así fue, te enamoraste de esa maldita zarrapastrosa.

Samael (sorprendido): Cada vez me doy más cuenta que estás mal de la cabeza, porque sólo una persona que esté loca, haría lo que tú hiciste. Pero a parte de las fotos, tú compraste a la periodista que hace una semana me entrevistó para que ella editara mis respuestas. La periodista no quería decírmelo, pero cuando le ofrecí el doble de dinero que tú le diste para guardar silencio, me lo confesó todo.

Elisa (gritando): ¿Y qué más quieres? Sí ya estás enterado de todo, ¿para qué viniste hasta aquí? ¿Para humillarme con tus desprecios e insultos? ¡Pues lo acepto todo! Yo le mentí a Carola respecto a ti, y usé esas fotos y una grabación que te hice para que me creyera. Y así fue. La muy ingenua me creyó. ¿Qué vas a hacer ahora Samael? ¿Correr hasta la cárcel para decirle la verdad?

Samael: Estoy casi seguro que hasta en eso tienes algo que ver. Carola es inocente de todo. Tú le debiste haber tendido alguna trampa.

Elisa: Piensa lo que quieras. Si ya estás satisfecho, insultando a una mujer desahuciada, entonces vete. Tú nunca has sabido valorar lo que siento por ti (llorando). ¡Debería odiarte! Pero ya nada tiene sentido. Todo lo que hice para separarte de esa zarrapastrosa se fue al piso y aunque nunca me hubieras descubierto, sé que apenas me muriera irías corriendo a sus brazos.

Samael (incrédulo): ¿De qué estás hablando? ¿Moribunda? ¿Ya pretendes hacerme creer que te vas a morir?

Elisa: ¡Sí! ¡No es ninguna mentira! Es una verdad muy dolorosa para mí saber que me quedan meses de vida. Míralo por ti mismo (saca del cajón del escritorio los exámenes médicos). Lee esto. Y si no me crees, allá tú.

Samael toma los exámenes y empieza a leerlos. A medida de la lectura, se sorprende, puesto que los exámenes están marcados con el sello de un hospital muy honorable y no sabe qué creer.

INT. / CARCELARIO FEMENINO / DÍA

Carola ya lleva puesto el uniforme de presa. Está cabizbaja, y es llevada del brazo por una guardiana a la oficina de la directora. La guardiana toca la puerta y la directora permite que pasen.



Guardiana: Con permiso señora Rodríguez. Esta es muchacha es la nueva. Llegó hace una hora.

Directora: (sonriéndole a Carola) Ya veo. Es bastante joven. ¿Cuál es tu nombre muchacha? ¿Qué edad tienes?

Carola: (hablando con la voz quebrantada) Carola… Me llamo Carola. Tengo veinticuatro años.

Directora: Es una lástima que muchachas tan jóvenes, con un futuro por delante paren en este lugar tan deprimente. Yo soy la directora de esta cárcel. Antes de que seas llevada a tu celda, debes saber que tendrás que compartirla con otra presa. Esperamos que no vayas a tener problemas con nadie, porque las sanciones se aplicarán inmediatamente. (A la guardiana). Llévala a su celda ahora mismo.

Guardiana: Claro que sí señora Rodríguez.

La guardiana sale de la oficina de la directora Rodríguez con Carola. La chica es llevada a su nueva celda. Varias presas que están en sus respectivas celdas se quedan mirando a Carola curiosas. Algunas incluso silban y murmuran.

Guardiana: ¡Bueno, ya! ¡Silencio! Parece que nunca hubieran visto llegar una nueva. ¡Silencio!

La guardiana abre una celda con sus numerosas llaves y empuja a Carola hacia allí. Luego la cierra y se va. Carola está nerviosa y ve acostada en la cama su nueva compañera que juega con una navaja.



Maricruz: (sonriéndole) ¡Vaya! ¡Tengo nueva compañera! ¿Cómo te llamas? (se levanta de la cama).

Carola (muy nerviosa): Me… me llamo Carola. Mucho gusto.

Maricruz: El gusto es mío. Yo me llamo Maricruz Flórez. Llevo cuatro años aquí encerrada por haber matado a mi marido. Me llaman “La Cacique”. Para que te lo sepas de una vez, y en resumidas cuentas, soy la mandamás de estos lares. Espero que no tengas ningún problema mamacita.

Carola (asustada): No, no te preocupes. Yo no tengo problemas y no quiero tenerlos con nadie Maricruz.

Maricruz: Pues que bueno. Me gusta cuando las personas captan rápido el mensaje. Pero si de verdad no quieres problemas, debes irte enterando que tengo normas. Aquí todo lo tuyo es mío. Todo lo tendrás que compartir conmigo. Es una manera de pago pa’ dejarte sana.

Carola sólo mira muy asustada a Maricruz. Ella le sonríe con malicia.

INT. / AUTO DE SAMAEL / NOCHE

Ya la noche ha caído. Samael va en su auto, conduciendo. Esteban está a su lado y en el asiento de atrás, está Litzi.



Litzi (sorprendida): ¿Tiene cáncer? Dios mío. ¿Y se va a morir? ¿No tiene esperanza de vida?

Samael: Según lo que me dijo y por lo que leí en los exámenes, no. El tumor que tiene es inoperable. Aunque me afectó mucho todo lo que hizo, no puedo negar que siento compasión por ella.

Esteban: ¿Y estás seguro que esta vez no se trata de alguna mentira?

Samael: Sí Esteban. Salí tan impactado de su oficina, que me dirigí al hospital a hablar con su doctor. Él me lo confirmó, incluso cuando le pregunté si sólo se trataba de un falso diagnóstico, se ofendió conmigo. No es hombre corrupto y ser cómplice de Elisa en algo tan grave, iba en contra de su ética. Lo sentí sincero.

Esteban: Samael, aunque Elisa haya aceptado frente a ti que es la culpable de lo que pasó entre tú y Carola, aún nos falta saber si también es culpable de haberla metido inocentemente en la cárcel. Yo también sospecho de eso.

Samael: No hay manera de averiguarlo. Es posible que Elisa haya contratado a alguien para implantar los objetos en el apartamento de Carola, para que la encontraran culpable, pero no sé…

Litzi: ¡Pero de alguna manera tenemos que sacar a Carola de ese horrible lugar! Ella no puede estar allá más tiempo. Debe haber alguna manera, así la bruja loca de Elisa no confiese nada.

Samael se queda pensativo frente a las palabras de Litzi.

INT. / APARTAMENTO DE MORTICIA Y SPOCK / NOCHE

Spock está acostado en la cama de la habitación, viendo televisión, pero no puede evitar que las consciencia le atormenten. En eso, Morticia entra muy deprimida por la situación de Carola.



Morticia: Hola mi amor. Ya llegué. Ha sido un día terrible. Siempre se llevaron a Carolis para la cárcel (triste).

Spock: Morticia, tenemos qué hablar.

Morticia (asustada): ¡Esas son las tres palabras más horribles que pueden escucharse en un matrimonio! ¿Qué quieres hablar conmigo mi Spock?

Spock: Es que ya no podemos continuar así. Llevamos más de una semana de casados y las cosas no han funcionado. Tú lo sabes muy bien.

Morticia: ¡Pos tienes razón! Pero no es mi culpa, porque tú sabes que yo soy un nido de amor para ti. El indiferente eres tú, desde que te dio ese patatús tan repentino.

Spock: ¿Y cómo querías que reaccionara? ¡Renunciaste a tu trabajo! No tenemos plata. Y hace una semana sólo hemos comido frutas que tú misma te robas de los árboles del parque. ¡Yo no quiero esta vida!

Morticia: Pero Spock…

Spock: ¡Pero nada! Mira Morticia, seré sincero contigo, así me mates. ¡Yo no te amo! Si me casé contigo, fue por interés, por la asociación que tenías con Gaby Music, por eso lo mejor es que nos divorciemos.

Morticia (furiosa): ¿¡Qué!? ¿Cómo es esto posible Spock? ¡Me usaste para tus beneficios! (muy indignada).

Spock: Perdóname, pero no puedo seguir mintiéndote, ni seguir viviendo así. Lo siento, de verdad lo siento.

Morticia: (pegándole una sonora cachetada) ¡Viejo embustero! ¡Esto nunca te lo voy a perdonar! ¡Me enamoraste! ¡Pero esto no se va a quedar así! ¡Largo de mi casa cara de burro! ¡Tus orejas son la peor abominación que ha producido este mundo!

Spock: (tocándose el cachete) ¡Pues me voy! ¿Crees que voy a rogarte? Es lo mejor que voy a hacer desde que me casé contigo (levantándose de la cama). Adiós Morticia.

Spock va saliendo de la habitación, tirando muy fuerte la puerta. Morticia se queda en la cama llorando desconsolada.

Morticia: ¡Eso, vete! Vete antes de que llame a Las Extrañas o a La Mujer de Judas para que te den tu merecido desgraciado.

De repente, el celular de Morticia suena. Ella, aunque no tiene muchos ánimos de contestar pensando que es algo importante.

Morticia: ¿Sí? ¿Quién habla? (hace una pausa). ¿Cómo dice? ¡Oh my God! No puede estar hablando en serio señor. (Hace otra pausa) ¿Una herencia por doce millones de dólares? ¿Soy rica? ¡Me quedé viva!

La locuaz Morticia cuelga y el celular. Está sumamente sorprendida.

INT. / APARTAMENTO DE ELISA / NOCHE

Samael recién llega al apartamento de Elisa. Ella lo hace pasar con cierta indiferencia, pero disimuladamente sonríe.



Elisa: Bien Samael. ¿Para qué viniste? ¿Qué necesitas hablar conmigo?

Samael observa que la mesa de la sala está repleta de botellas de licor vacías.

Samael: ¿Ahora te dedicas a emborracharte?

Elisa: Es lo único que mata mis penas. ¿Crees que es fácil asimilar la muerte? ¡Claro que no!

Samael: Elisa, seré claro, breve y directo contigo. Si es cierto que estás tan enamorada de mí como para haber hecho todo lo que hiciste, te propondré algo.

Elisa se interesa por las palabras de Samael.

INT. / CARCELARIO FEMENINO / AL DÍA SIGUIENTE EN LA MAÑANA

Ya ha amanecido. Varias guardianas pasan por los corredores de las celdas, pitando silbatos y pegándoles con los bolillos a las rejas para despertar a las presas. Carola en su celda, se despierta abrumada.



Maricruz: (despertándose) ¡Ay! ¡Qué porquería! ¡Es miércoles!

Carola (soñolienta): ¿Qué pasa los miércoles? ¿Y por qué nos despiertan a esta hora? No son las seis todavía.

Maricruz: Nos despiertan a esta hora para ponernos a trabajar. Las de este sector nos tocan lavar los baños, que son lo más asqueroso de este hueco.

Guardiana: ¡Ustedes dos! ¡Levántense ahora! ¡No tienen tiempo que perder!

En silencio y sin que Carola se dé cuenta, Maricruz mira con mucha malicia a la joven. Se puede ver que algo está tramando.

INT. / GABY MUSIC, PISO PRINCIPAL / DÍA

Todo está en silencio en las oficinas de Gaby Music. Las secretarias y los demás empleados trabajan, pero de repente, del ascensor sale Morticia con un grupo de mariachis que empiezan a cantar. Morticia lleva puesto un típico sombrero mexicano.





Morticia (feliz): ¡Soy rica! ¡Muy rica! ¡Hay que celebrar!



Gaby: (saliendo de su oficina) ¿Pero qué significa este escándalo? ¿Qué es esto Morticia?

Morticia: ¡Gaby, hermana querida! (se acerca y besa a Gaby en cada mejilla). No sabes la felicidad que inunda mi oscuro corazón en este momento. Un pequeño pretendiente de Escocia, se murió y me dejó una herencia de doce millones de dólares. ¿Te imaginas? ¡Soy millonaria!

Gaby (desconcertada): ¿Pretendiente de Escocia?

Morticia: ¡Sí! ¡Era un conde de lo más divino! Pero yo pensé que me había olvidado, pero no. Me dejó una millonaria herencia, porque a parte de la plata, me dejó sus propiedades. ¡Todo!

Gaby (sorprendida): ¡Vaya! ¡Pues felicitaciones! ¡Pero no quiero fiestas en mis disqueras y así que dile a tus amigos mariachis que se callen!

Morticia: ¡Nada de eso coña! ¡Celebra conmigo!

Morticia jala a Gaby del brazo y la obliga a festejar, pese a las negativas de ésta última. Litzi está en su puesto de trabajo y observa todo, así como los demás empleados de la disquera.

INT. / APARTAMENTO DE SAMAEL / DÍA

Samael desayuna en compañía de su amigo Esteban. El primero le ha contado al segundo la propuesta que le realizó a Elisa la noche anterior, pero Esteban muestra su desagrado.



Esteban: ¡No Samael! ¡No puedes hacer eso! ¿Te das cuenta que sería un triunfo para Elisa? ¡Ella está mal!

Samael: (suspirando resignado) ¿Qué más puedo hacer Esteban? Es la única manera en que Elisa hará que saquen a Carola de la cárcel. Tengo que casarme con Elisa.

Esteban: Te repito que no estoy de acuerdo en lo más mínimo. No puedo creer que las cosas vayan a terminar así. ¿Sabes qué va a pensar Carola?

Samael: Elisa me prometió que conseguiría un permiso para visitar a Carola hoy a la cárcel, para contarle toda la verdad y de paso decirle que yo estaré casado con ella estos últimos meses de vida que le quedan, con la condición de que Carola se aleje por completo de mí, aún después de muerta Elisa.

Esteban: Lo único que sé es que es la peor decisión que pudiste tomar. Pero si de verdad Carola cumple en alejarse de ti para siempre, tú también debes hacer lo mismo así quedes viudo, ¿no?

Samael asienta con la cabeza; se siente abrumado.

INT. / CARCELARIO FEMENINO, BAÑOS / DÍA

Varias presas están lavando en los baños, entre ellas están Carola y Maricruz. Carola está callada restregando unas paredes. Maricruz le hace unas señas a una presa y esa presa, le tira un baldado de agua a Carola. Todas las mujeres se ríen de la muchacha que ha quedado empapada.



Carola (molesta): ¿Pero qué hiciste? ¡Mira nomás como volviste! ¿Eres tonta hermana?

Presa (desafiante): ¡A mí no me hables en ese tonito niñita! ¿Qué pensaste? ¿Que por tener una cara bonita puedes creerte más que yo o todas nosotras? ¡Estás equivocada! ¿Te enteras?

Carola (desafiante): ¡Pues no! ¡No me entero! Yo no quiero tener problemas con nadie, pero si me buscan me encuentran. ¿Te enteras hermana?

De repente, a los baños entra una guardiana que le habla a Carola. Le dice que tiene visita. Carola sale de los baños mirando fulminante a la presa, luego se dirige a la sala de visitas. Allí ve a Elisa sentada, esperándola. Carola al verla, se va a ir, pero Elisa la detiene.



Elisa: ¡Carola! ¡Espera! ¡No me huyas, por favor! Necesito hablar algo urgente contigo, por favor escúchame.

Carola: (con desprecio) ¡Usted y yo no tenemos nada que hablar señorita Elisa! No se me olvida que por su culpa estoy encerrada aquí (solloza) y en cada momento tengo esa incertidumbre, ese miedo. Usted sabe muy bien que yo no le robé nada, y no sé por qué hizo que me encerraran aquí. Lo mejor es que se vaya por donde vino.

Elisa: Yo lo sé Carola. Vine precisamente para hablar de eso. Yo te voy a sacar de aquí, pero necesito que me escuches. Así que toma asiento…

Carola mira con suspicacia a Elisa.

EXT. / CALLES DE LA CIUDAD / DÍA

Spock camina por el parque, solo y pensativo. En eso, ve a una mujer parecida a Morticia. Él abre los ojos como platos y se los rasca, peor luego se da cuenta que se trata de otra persona.



Spock: (suspirando) ¿Por qué pienso tanto en ti Morticia? ¿Por qué siento esas ganas de tenerte a mi lado? ¿A quién engaño? Debo aceptar que la extraño. No sé como pude haberle hecho caso a Elisa, casándome con Morticia por interés. Ella es una mujer espectacular. Su dinero no es el único atractivo que tiene… (Sigue suspirando). ¡Morticia, Morticia!

Él alza los ojos al cielo, algo confundido e indeciso.

INT. / CARCELARIO FEMENINO, SALA DE VISITAS / DÍA

Elisa le está contando toda la verdad a Carola. Ella la escucha con lágrimas en los ojos.



Carola: (llorando furiosa) ¡Usted es una desgraciada! ¡Una mala mujer! Me engañó de la peor manera para apartarme de Samael. ¿Cómo fue capaz? ¿Y cómo fue capaz de encerrarme aquí para deshacerse de mí? ¿¡Cómo pudo!?

Elisa (fría): ¿Y qué quieres qué haga? ¿Quieres que ruegue por tu perdón? (riendo). No Carola. Vine aquí para aclararte las cosas. Ya sabes toda la verdad.

Carola: ¡Descarada, cínica! (llorando desconsolada).

Elisa: Mira, mira. La verdad ya perdí bastante tiempo contigo. En el menor tiempo posible saldrás de aquí, pero necesito saber si cumplirás con tu palabra. ¿Si te saco de aquí, volverás a acercarte a Samael? (Carola no responde). Dime Carola. Esa es la única condición que te pongo para sacarte de este lugar: apártate para siempre de la vida de Samael. Respóndeme, vamos.

Carola: (limpiándose las lágrimas) No, no acepto. Yo no voy a permitir que Samael haga ese sacrificio por mí, casado con una bruja como usted. Yo tarde que temprano saldré de aquí.

Elisa: ¿Es tu última palabra?

Carola: ¡Sí! Y ahora le pido que se vaya. No quiero volverla a ver nunca más en mi vida. Pero sepa algo. Nada se queda sin castigo, y el suyo es estar condenada a morirse. Por más esfuerzos que haya hecho para deshacerse de mí, la vida no le permitirá estar al lado de Samael como lo soñaba. Que Dios tenga piedad de usted señorita Elisa.

Elisa (molesta): Ya sabía yo que esto iba a pasar. Pero tú también debes saber que estás equivocada. Ya tengo todo planificado. Si Samael no es mío, tampoco será tuyo jamás; aunque me muera y pagues tu condena, eso no sucederá nunca.

Carola: ¿Y qué va a hacer para evitarlo? ¿Matarme?

Elisa: Ya lo sabrás por ti misma. Adiós para siempre Carola.

Elisa se va de la sala de visitas sonriendo convincente y triunfante. A la salida del carcelario, saca su celular y le marca a alguien.

Elisa: Soy yo. Ya sabes lo que tienes que hacer. ¡La quiero muerta! ¿Entiendes? ¡Muerta por completo! Y tiene que ser hoy mismo (cuelga).

INT. / CASA DE MORTICIA / DÍA

La divertida y locuaz Morticia llega a su casa muy feliz después de la fiesta que realizó en Gaby Music, pero se asusta al ver a Spock sentado en el sofá esperándola.



Morticia: ¿Qué haces tú aquí? ¿Ya te enteraste de mi suerte y me viniste a buscar, verdad? Si es así, puedes irte yendo por donde viniste.

Spock: (levantándose) No Morticia. Vine porque tenemos que hablar seriamente. Tomé la decisión de contarte toda la verdad.

Morticia: ¿Qué verdad? ¿A poco no me la contaste toda anoche? ¿Qué más me tienes que contar? ¿Sabes qué Spock? Vete de mi casa. No quiero que arruines mi felicidad. Tú sólo te acercaste a mí por interés.

Spock: Eso no fue lo único por lo que me acerqué a ti Morticia. También lo hice porque necesitaba que me llevaras a Carola.

Morticia (extrañada): ¿Y qué tiene que ver mi sobrina Carolis en todo esto?

Spock: Yo vine a este país porque Elisa me chantajeó… Lo mejor es que me escuches muy bien, porque después de lo que oirás, te vas a quedar en shock.

Morticia está desconcertada.

INT. / CARCELARIO FEMENINO, BAÑOS / DÍA

Carola vuelve a terminar su trabajo en los baños. Ya algunas presas terminaron su parte del trabajo, y sólo quedan unas tres, entre esas, Maricruz. Carola moja una esponja y empieza a limpiar los pisos. Maricruz saca su filosa navaja que incluso brilla. Las otras dos presas la miran sonriendo, ya que son sus cómplices. Luego de unos segundos, Maricruz les hace una seña a sus dos amigas, e inmediatamente ellas corren a tomar a Carola. La muchacha se desconcierta frente a eso.



Carola: ¡Oigan! ¿Qué les pasa conmigo? ¡Suéltenme! (pataleando).

Maricruz: ¡Silencio estúpida! Lo siento mucho, pero me mandaron a hacer un trabajito relacionado contigo (le muestra la navaja sonriendo).

Carola (asustada): No entiendo nada. ¡Suéltenme! ¡Auxilio! ¡Auxilio, me quieren matar! ¡Ayúdenme!

Maricruz: ¡Te dije que te callaras! ¡Esto te lo manda la señorita Elisa Montero! ¡Descansa en paz por siempre mamacita!

Maricruz corre a apuñalar a Carola, pero ésta rápidamente y con fuerza, le pega con el codo en el estómago a una de las presas y a la otra la golpea en la cara con un puño. Carola trata de evitar como sea que Maricruz la apuñale, por lo que ambas empiezan a forcejear. Al final, una de ellas es apuñalada y en ese momento, vienen dos guardianas.

Guardiana 1: ¿Qué es lo que está pasando aquí?

Maricruz se va desvaneciendo, pues ella mismo se hirió. Carola está asustada por completo.

INT. / GABY MUSIC, PISO PRINCIPAL / UNA HORA DESPUÉS

Dos agentes de policía se bajan del ascensor en el piso principal. Gaby, que está explicándole algo a Litzi, los ve extrañada por lo que va a atenderlos. Litzi sale tras Gaby.



Gaby: Buenas tardes señores agentes. ¿En qué les puedo ayudar? ¿Vienen a darme alguna notificación relacionada con mi nieta?

Policía 1: No señora, estamos buscando a la señorita Elisa Montero. Una persona ha levantando una denuncia contra ella.

De repente, llega Morticia.



Morticia: ¡Gaby! ¡Qué bueno que te veo! Estos policías vienen a arrestar a la loca de Elisa. Spock me confesó algo que me dejó viva.

Gaby: ¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué vienen a arrestar a la señorita Elisa?

Morticia: Por haber inculpado a Carolis en un falso robo y también por intento de homicidio. No sé si estás enterada, pero una presa de la cárcel intentó a matar a nuestra niña. Fue mandada por Elisa. Spock sabía todo, así que la denunció. También se le acusa de extorsión a Spock, porque ella lo obligó a ser su cómplice.

Gaby (sorprendida): Dios mío.

Policía 2: Tenemos una orden de captura, porque se le imputan varios crímenes. Es necesario que nos digan si está aquí.

Litzi (nerviosa): Ella vino hace no más de cinco minutos. Vino a recoger unos papeles, y se volvió a ir. ¡Tienen que alcanzarla!

Y así como lo dijo Litzi, Elisa aún se encuentra dentro de la disquera. Está en el ascensor y se baja en el primer piso. Ve que en el parqueadero hay una patrulla de policías.



Elisa: ¿Policías? ¿Por qué habrá policías en la disquera? Seguro que vinieron a darle la noticia a doña Gaby de que su nietecita ya se murió. Pobrecita Carola (sonríe con maldad).

Cuando Elisa va a salir del edificio, el portero la detiene.

Portero: Lo siento señorita Elisa, pero usted no puede salir del edificio.

Elisa (extrañada): ¿Qué me está haciendo? ¡Apártese atrevido! ¡Necesito salir!

Portero: Ya le dije. Tendrá que quedarse aquí, porque usted está bajo arresto y los policías ya deben de estar bajando para detenerla.

Elisa (asustada): Eso no puede ser verdad. ¡Quítese estúpido! ¡Puedo hacer lo que lo despidan! Soy una de las socias mayoritarias de esta disquera.

Portero: Lo siento, pero no puedo dejarla ir. De hecho ahí vienen los policías.

Elisa voltea a ver y efectivamente ve a los dos policías corriendo hacia ella. Elisa aprovecha una distracción del portero, le quita el bolillo y lo golpea fuerte en la cabeza. También toma la pistola y sin pensarlo, sale corriendo.

Elisa: ¡Maldición! ¡Algo debió haber salido mal! ¡La tal Maricruz no mató a la zarrapastrosa y abrió la bocota! ¡No puede ser que las cosas se me salgan de las manos!

La malvada mujer trata de tomar un taxi, pero ninguno se detiene y al ver que los policías se acercan cada vez más, se interpone entre la carretera. Un taxi se detiene. Elisa sube y le apunta al taxista con la pistola.

Elisa: (gritando) ¡Sáqueme de aquí ahora mismo sino quiere que le pegue un tiro! ¡Ahora!

El taxista sin más opción, arranca el taxi y empieza a conducir bastante rápido por la presión de Elisa que le continúa apuntando.

Elisa: ¡Yo no voy a ir a la cárcel! ¡Yo no voy a pisar ese maldito lugar! ¡Nooooooooooo! No me van a atrapar.

Elisa empieza a reír como loca. El taxista la mira asustado por el retrovisor. De repente, pierde el control del volante y el taxi va a chocar contra un árbol. Elisa se golpea la cabeza y deja caer el arma. El taxista queda inconsciente.

Elisa: ¡Tengo que salir de aquí! ¡No me van a atrapar!

Y empeñada en eso, Elisa sale del taxi con una herida en la cabeza. Debido al golpe, la ataca un severo dolor de cabeza, que no la deja caminar. Se arrodilla en la acera desesperada, llevándose las manos a la cabeza.

Elisa: ¡Aaaaaaaaaaaah! No, ahora no. ¡No puede darme dolor de cabeza ahora! ¡No puede ser!

La patrulla de policía se detiene justo donde ha ocurrido el accidente. Dos policías se bajan, apuntándole a Elisa. Otro policía, se acerca para esposarla.

UNA SEMANA DESPUÉS
INT. / CARCELARIO FEMENINO, OFICINA DE LA DIRECTORA / DÍA


Carola está en la oficina de la directora Rodríguez. La muchacha sonríe, y lleva puesta su ropa de moda.



Directora: Bueno Carola. Me alegra mucho que vayas a salir de aquí. Desde el primer día en que llegaste, me di cuenta que eres una buena muchacha.

Carola: Muchas gracias señora Rodríguez. A mí también me alegra salir de aquí. Le agradezco todas las atenciones que tuvo conmigo mientras pasé esta pesadilla. Creo que la vida me vuelve a sonreír.

Directora: No es nada. Espero que te vaya muy bien de ahora en adelante. Ya puedes irte tranquila. Estás en libertad. Por Maricruz, no te preocupes. Ya está fuera de peligro. Lo cierto es que ese intento de asesinato va a aumentar su pena.

Carola: Ya veo, pero antes de irme señora Rodríguez, me gustaría ver a alguien.

Minutos después, Carola se encuentra en la sala de visitas, esperando a alguien. Elisa entra en ese momento, vestida con su uniforme. Está demacrada por completo y se sienta con la mirada retraída, mientras se hace con los dedos de las manos rulos en el cabello.






Elisa: ¿A qué has venido? ¿Vienes a burlarte de mí?

Carola: No. Yo no vengo a burlarme de ti. Vengo a decirte unas palabras para que reflexiones estos meses de vida que te quedan, antes que sea tarde.

Elisa (incrédula): ¿Ah sí? Pues no te creo. ¿Por qué no te desahogas de una buena vez? ¿Por qué no me dices lo mucho que me odias? ¿O quieres ser hipócrita?

Carola: Yo no te odio Elisa. En lo más mínimo. Yo no soy quien para juzgar lo que nos hiciste a Samael y a mí, ni tampoco lo que te pasó hace años cuando sufriste de depresión y tu padre te internó en ese sanatorio.

Elisa: ¡Tú no sabes nada! ¡No conoces mi pasado, así que cállate!

Carola: Elisa, escúchame. Piensa que no has sido una buena persona y le has hecho daño a mucha gente. Yo por ejemplo tengo motivos de sobra para odiarte, pero no quiero hacerlo. El odio y los resentimientos solo amargan la vida y al final, no se acaba bien. Piensa en que te queda poco tiempo y lo puedes aprovechar para bien. Pide perdón si es necesario, pero no termines tu vida así.

Elisa: (llorando) Yo sé que hice mal. Sé que te hice daño a ti y a Samael, mi Samael con el que tú te quedarás. Pero tienes razón. Ya nada tiene sentido. Ya no importa nada. Me doy cuenta que mis caprichos solo me trajeron hasta aquí.

Carola: (conmoviéndose) Elisa…

Elisa: Perdóname Carola. Perdóname por haberme comportado contigo como me comporté. Dile a Samael que también me perdone, a mi padrino Spock y a todas las personas que destruí con mis caprichos que me perdonen por todo. Perdóname por favor, perdóname.

Una guardiana viene para llevarse a Elisa de vuelta a su celda, puesto que se terminó el tiempo de visita.

Carola: (asentando con la cabeza) Te perdono Elisa... Te perdono.

Elisa se queda mirando a Carola, mientras es llevada a la fuerza por la guardiana.

DOS MESES DESPUÉS
INT. / SALÓN DE CEREMONIA / NOCHE




Ya han pasado dos meses desde todo lo sucedido. Es la noche del lanzamiento del nuevo álbum de Samael Sáenz. Él responde a entrevistas, firma autógrafos, acompañado de Esteban. Morticia ha asistido al evento, vistiendo elegantemente. Gaby está a su lado, sorprendida del cambio de su hermana. Cada una bebe un coctel.



Gaby (muy sorprendida): Debo aceptar que en estos dos meses has cambiado muchísimo Morticia. Ya no eres la sombra de la mujer que eras antes de recibir esa herencia.

Morticia: Ya ves mi querida Gaby. Tenía que convertirme en toda una dama de sociedad (emocionada). Sólo espero que mi Spock salga pronto de la cárcel por haber sido cómplice de su ahijada en todo lo que ella le hizo a Carolis (triste). Lo que me alegra es que cada semana que voy a visitarlo, nuestro amor es más grande.

Gaby: Pues que bueno que realmente se enamoró de ti. ¿Y cómo te está yendo con la empresa de papel higiénico que fundaste?

Morticia: ¡Divina de muerte! He importado a todas partes del país. Ya pronto abriré una sucursal en Miami.

Gaby: Bueno, pues desde lo más sincero de mí, te felicito Morticia. Me alegra mucho que todo te esté saliendo bien y que sobretodo, hayas sentado cabeza (le sonríe).

Las dos hermanas se abrazan fraternales. Por otra parte, Carola llega a la ceremonia acompañada de Litzi. Samael logra verla y se queda deslumbrado frente a lo hermosa que se ve su novia. Carola lleva su brillante cabello castaño suelto y cepillado, un delicado pero sutil maquillaje estampado sobre su rostro que la hace ver como un ángel y un corto vestido rojo puesto, que deja al descubierto sus hombros y su cuello sobre el que reposa una cadenilla; unas medias veladas de color gris cubren sus piernas y sus pies reposan sobre unos tacones negros de altura media.



Carola: ¿Me veo bien Litzi? ¿Por qué todos me están mirando?

Litzi (emocionada): ¡Porque quedaste preciosa Carola! ¡Dejaste a Samael botando la baba por ti! ¡Mira nomás!

Samael se aparta de los periodistas, toma delicadamente de la mano a Carola. Los dos se miran mientras se sonríen con amor.



Carola (tímida): ¿Te parece que quedé bien?

Samael (deslumbrado): No quedaste bien. Quedaste preciosa.

Esteban viene en ese momento, saluda a Carola y rodea con sus manos la cintura de Litzi. Los dos se han ennoviado.



Litzi: ¿No te parece la pareja más hermosa Esteban? ¡Parecen sacados de una telenovela!

Esteban: (sonriendo) ¡Sí, tienes razón! Pero nosotros no nos quedamos atrás, eh. Tú también estás hermosa. Pareces una muñequita que quiero abrazar con todas mis fuerzas.

Esteban y Litzi se besan tiernamente. Minutos después, en la tarima, Samael empieza a dar un discurso a través del micrófono:

Samael: Buenas noches a todos. Les agradezco inmensamente que estén presentes en esta ceremonia de lanzamiento de mi nuevo álbum. Debo decir con toda seguridad que es el mejor que he lanzado hasta el momento, no solo por el resultado que logré, sino también porque quiero dedicárselo con todo mi amor a mi novia Carola Gómez.

Todos los asistentes aplauden frente a eso que dijo Samael. Carola lo mira de lejos ilusionada. A su lado están Gaby y Morticia.

Samael: Agradezco a doña Gaby, por haberme recibido también desde el principio en su disquera, de la que me siento orgulloso de hacer parte. Y también quiero agradecer a mi mánager y amigo Esteban, que me apoyó en todo momento. Y a todas las personas en general que hicieron parte de este proyecto. A partir de mañana, el álbum estará a la venta. Pero a parte de esto, le pido a Carola que suba aquí a esta tarima.

Gaby: (susurrándole a Carola) Ve hija. Ve con tu príncipe (sonríe).

Morticia (emocionada): Me da la impresión de que pronto tendremos boda. ¡Ay Gaby! ¡Se nos casa nuestra niña!

Carola: (riendo nerviosa) ¡Por favor! No se adelanten a nada todavía. Voy a subir y después de eso, vamos a ver qué pasa.

Carola sube a la tarima con cierta timidez. Allí Samael, se inclina frente a ella, saca de su chaqueta una pequeña cajita y la abre. Un hermoso anillo brilla en los ojos de Carola.

Samael: Aceptas casarte conmigo Carola Gómez.

Carola (emocionadísima): ¡Claro que sí Samael! ¡Claro que sí mi príncipe! No podría dudarlo ni un segundo.

Samael le pone el anillo de compromiso a Carola en el dedo anular de una de sus manos. Luego se levanta y de manera extrovertida, Carola se avienta a Samael y lo besa. Él le corresponde y se funden en un tierno, pero apasionado beso mientras se escucha el tema musical principal de la historia. Todos aplauden felices por la pareja. El momento llena la escena de magia e ilusión, mostrando una felicidad interminable en aquel beso.

Quiero dormir, no madrugar
Ya son mas de las diez, a despertar
Empezar con ilusión
Vivir en el extremo, planear algo ideal
A veces quiero gritar y poder volar...ay...ay...ay

Vivir y ser como yo quiero
Vivir con el corazón abierto,
Ven y entenderás todo lo que yo siento
Yo busco siempre amor de verdad

…FIN…