domingo, 4 de noviembre de 2012

¡Mi Príncipe! // Capítulo 1 // ¡Ha llegado mi príncipe!

Carola acaba de llegar en limusina a su boda, vestida con un hermoso velo blanco y rosas rojas. Una boda que estaba a punto de realizarse en medio de una campestre zona, dónde podía sentirse el viento fresco y donde el cielo era más azul que en cualquier otro lugar, con sus nubes desplazarse lenta y suavemente. Mientras la muchacha se bajaba ayudada por su chófer, veía como todos los invitados se levantaban de sus asientos para aplaudirle. Carola al ver en el altar al hombre de sus sueños corre hacia él sobre un tapete rojo de terciopelo.



Carola (emocionada): ¡Mi Príncipe! ¡Mi Príncipe! ¡Ya he llegado mi príncipe!

Y cuándo llega hacia él, solloza lo mira fijamente. Ambos se toman de las manos, y cuándo Carola estaba a punto de besarlo, de repente se ve en su habitación con el reloj despertador sonando.

Carola: (suspira resignada) ¡Era muy bello para ser un sueño!

Carola se levanta para ir a trabajar. Cuando ya estaba lista, la joven sale de su apartamento ubicado en un edificio inmobiliario, se dirige al ascensor y espera a que llegue al piso donde ella estaba para subir. Cuando el ascensor abre sus puertas, la muchacha entra y ve a dos jóvenes besándose.

Carola: ¡Que linda pareja hacen ambos!

Jóvenes: (a la par) Gracias

Carola: No es en serio. Ya quisiera yo que mi príncipe llegara de una buena vez, pero como verán estoy sola, al igual que un animalito de la calle que depende de los demás para ser feliz. ¡Oh por Dios, no puede ser! (dice sumamente alertada, buscando en su bolso) Olvidé la plata para tomar el autobús. Ahora me tocará caminar hasta mi trabajo y llegaré tarde de nuevo.

La pareja de jóvenes comienzan a mirar raro a Carola y comienzan a secretearse cosas sobre ella. Cuando el ascensor llega a un piso menor, se bajan incómodos.

Carola: ¡Oigan! ¿Pero por qué se van? ¿Dije algo? (hace un puchero al ver como la ignoran).

Cuando llega al supermercado donde trabajaba como empacadora de bolsas, Carola intenta escabullirse entre la gente para aparentar su llegada tarde, sin embargo su jefe la sorprende por detrás.

Sr. Méndez: ¡Señorita Gómez nuevamente llega tarde a su trabajo!

Carola (ofendida): ¡Oiga no vuelva a asustarme de esa manera señor Méndez! No se da cuenta que podría causarme un infarto del susto.

Sr. Méndez: ¿Y usted quién se creyó para hablarme de esa manera?

Carola: ¿Y a usted quién lo manda a ser un viejo descortés?

Sr. Méndez (ofendido): Le recuerdo que soy su jefe señorita Gómez por si acaso se le o

lvida y en este mismo instante podría sancionarla por su falta de respeto contra sus superiores.

Carola: ¡Haga lo que se le venga en gana señor Méndez! Usted no tolera que le digan la verdad en la cara y por eso ya quiere sancionar a sus empleadas. ¡Por Dios señor Méndez! ¿En sus tiempos no le enseñaron que era la tolerancia y la humildad? Por que si no déjeme decirle que sus padres hicieron un muy mal trabajo.

Sr. Méndez (furioso): ¡Con mis padres no se meta señorita Gómez! ¡Lárguese ya de mi supermercado! ¡Está despedida! Venga más tarde para reclamar su liquidación a la cuál por cierto voy a mermar cierta cantidad de dinero por las múltiples llegadas tarde y su poca eficiencia mientras tr
abajó aquí (se va a su oficina).

Carola: (va tras él arrepentida) ¡Señor Méndez espere un momento! Usted no puede despedirme, necesito este empleo más que nunca. Con la miseria que me da recojo para pagar mi apartamento, comprar el mercado y últimamente estaba recogiendo para pagar un semestre de la universidad.

Sr. Méndez: (se voltea y sonríe irónico) ¿Y qué es lo que piensa estudiar señorita Gómez? ¿Piensa ser imprudente más de lo que es?

Carola (ofendida): ¿Y usted qué? ¿Piensa morir como un viejo hipócrita?

Sr. Méndez: (conteniéndose su enojo) Estoy siendo muy paciente con usted señorita Gómez, pero esta es la raya. No me insista más en que la deje trabajando en el supermercado por que mire en la imprudencia en la que termina. Lo mejor para todos es que se vaya de aquí con su liquidación.

Carola: Pero señor Méndez, le prometo que yo puedo manejar esa imprudencia. Deme otra oportunidad y verá los resultados.

Sr. Méndez (recio): Ya no voy a darle más oportunidades señorita Gómez. Puedo pararse sobre la cabeza pero no voy a devolverle su puesto. Así que retírese por favor, tengo trabajo que hacer.

Carola: ¡Pero señor...!

Sr. Méndez: (le interrumpe a Carola) Pero señor nada señorita. Váyase de mi oficina por las buenas o me veré obligado a llamar a seguridad y créame que no me tiembla la mano para hacerlo, así que esta será la última vez que le diga, retírese de mi oficina y del supermercado.

Carola: Está bien, me voy, pero déjeme decirle algo antes de irme: (se le acerca y le susurra) Use desodorante y un perfume más caro ¿no cree? (sale de la oficina sonriendo, mientras el señor Méndez se queda oliendo disimuladamente sus axilas).

EXT. / AEROPUERTO DE BOGOTÁ / DÍA

Samael Sáenz, el ídolo pop del momento en Colombia, acaba de llegar desde Miami, con su alto guardaespaldas que lleva sus dos maletas y su mánager Esteban. El apuesto cantante y sus acompañantes se encuentran saliendo del aeropuerto, rumbo a tomar un taxi.



Esteban: Ya llegamos a Bogotá como querías Samael. ¿Cuándo quieres que busquemos la disquera?

Samael: (se quita sus lentes de sol y mira a su alrededor) Mañana por la mañana ocupémonos de ese asunto. El viaje ha sido largo y necesito descansar.

Esteban: De acuerdo. Tomemos un taxi que nos lleve al hotel que reservaste.

INT. / EDIFICIO INMOBILIARIO / DÍA

Carola llega al edificio inmobiliario donde vive muy desanimada. El portero logra ver el estado en el que ha llegado.



Portero: Señorita Carola ¿y esa cara que trae? No falta mucho para que sea el día de brujas.

Carola (ofendida): ¿Qué demonios insinúa?

Portero: No nada señorita, es que la veo como angustiadita ¿Qué me le pasó?

Carola: (suspira resignada) Imagínese que me acabaron de despedir de mi trabajo, por eso es que hoy llegué más temprano.

Portero: Pues con esa bocota que usted tiene no me extraña (nota la mirada seria de Carola). Yo creo que mejor me callo (agrega).

Carola: No ¿sabe que no? Por culpa de esa forma mía de ser extrovertida e imprudente es que vivo teniendo problemas. Solo falta que usted me diga que estoy atrasada con el pago del apartamento.

Portero: ¡Pues imagínese que acabó de adivinar señorita! (saca un sobre del cajón de su puesto). A penas usted se fue esta mañanita le llegó ese sobre de la inmoviliaria.

Carola: ¡Ay no me diga!

Portero (ofendido): ¡Pues entonces no le digo y deje de hacerme perder el tiempo!

Carola: No me refiero a eso, es que no puedo creer que todos estos problemas me estén pasando a mí ¿Acaso maté a alguien para recibir este castigo?

Portero: ¿Quién sabe? Casos se han visto de gente enferma que aparenta ser muy tierna.

Carola: ¿Sabe qué? Calladito hace mejor su trabajo. Yo mejor me voy a descansar que he tenido horas tenaces en esta mañana. Cualquier cosa me llama.

INT. / GABY MUSIC / DÍA

Gaby Gómez, la abuela de Carola y propietaria de la exitosa disquera Gaby Music, está en su oficina revisando unos documentos, mientras toma un café en un vaso desechable, de repente, Litzi, su secretaria, le habla mediante el teléfono.



Litzi: Doña Gaby, tiene una llamada de Samael Sáenz.

Gaby (sorprendida): ¿Samael Sáenz?

Litzi: Así es. Dice que quiere hablar con usted a cerca de algo importarte. ¿Qué quiere que le diga?

Gaby: Pásamelo de inmediato Litzi.

Litzi le pasa la llamada y Gaby contesta.



Gaby: Samael Sáenz, el ídolo pop más importante de este país ¿a qué se debe su llamada a mi disquera?

Samael (habla con su celular, desde el balcón de una lujosa habitación en un hotel): ¿Es usted Gaby Gómez?

Gaby: Si, soy yo, pero vuelvo y retomo mi pregunta ¿a qué se debe su llamada?

Samael: Hace poco abandoné mi antigua disquera en Estados Unidos. Como usted y yo sabemos, Gaby Music, su disquera, es una de las más importantes de este país e incluso de Latinoamérica por lanzar exitosos álbumes de artistas famosos. He pensado en su disquera últimamente para que lance mi próximo álbum, pero como verá este asunto es un poco delicado y creo que no debería hablarse sino personalmente.
Gaby: Oh si, entiendo. Si quiere mañana podríamos hablar aquí en Gaby Music de este asunto con su mánager si es posible. No tengo cosas muy importantes que hacer durante esta semana, estoy completamente libre.

Samael: Estoy de acuerdo. Mañana entonces estaremos Esteban, mi mánager y yo muy puntuales a las diez.

Gaby: (sonriendo) Muy bien, estaré esperándolos (cuelga).

Litzi: (entra a la oficina sin tocar muy sonriente) Perdone mi imprudencia Doña Gaby, pero no puedo resistirme al no saber que le dijo Samael Sáenz. ¿Piensa grabar un álbum aquí en Gaby Music?

Gaby: (sonriendo pícaramente) ¿Tú que crees Litzi?

Litzi: (sin dejar de sonreír) No lo sé Doña Gaby, dígamelo usted.

Gaby: Todavía no lo tengo muy claro, pero creo que sí: Samael Sáenz piensa grabar su próximo álbum aquí en Gaby Music.

Litzi: (salta de la emoción sin parar) ¡No lo puedo creer! ¡No lo puedo creer!

Gaby: (riendo) ¡Cálmate un poco muchacha! Todavía no es seguro. Solo piensa venir mañana para examinar nuestras políticas, la calidad de nuestro trabajo y en fin. No lo conozco, pero sí sé que Samael Sáenz es una persona estricta y exigente.

Litzi: ¡Y un papacito Doña Gaby! Es que aun no puedo creer que yo haya podido escuchar su voz, y que mañana vaya a verlo. Ninguna persona tiene la oportunidad de verlo así de fácil Doña Gaby...

Gaby: Si te entiendo, pero ahora hay que ocuparse de algo más importante: hay que avisarle a todos los empleados que mañana tendremos esta súper importante visita, cualquier error así de pequeño podría impulsar a que Samael cambie de opinión y vaya a buscar otra disquera. Así que ve y convócalos a todos y diles de la visita de Samael Sáenz, diles que mañana deben venir con el uniforme más limpio que de costumbre, cepillados los dientes, uñas limpias, bien peinados y etc. Todo lo que tenga que ver con su imagen personal. Por favor Litzi, ve y diles.

Litzi: ¿Cómo no Doña Gaby? Inmediatamente iré (sale de la oficina)

INT. / APARTAMENTO DE CAROLA / NOCHE


Carola está en su cuarto con las luces apagadas, con su pijama puesta y sentada en su cama, cruzada de pies, abrazando a un oso de felpa, viendo su serie favorita "¿Quién eres en verdad?".




Carola: ¡Oh Por Dios! ¡Bésalo de una buena vez Gloria! ¡No seas tonta! ¡Ese detective es tu príncipe!

De repente, el teléfono suena y Carola se levanta de la cama para contestar.



Carola: (toma el teléfono y contesta) ¿Aló?

Gaby: (habla de un teléfono inalámbrico desde la habitación de su casa) Carola, soy yo.

Carola (desanimada): Hola abuela, ¿cómo estás? Creí que te habías olvidado de mí, como no me llamas desde hace un mes.

Gaby (apenada): Carola perdóname. En este mes he tenido demasiados compromisos en la disquera. No tengo tiempo ni para salir a almorzar, siempre estoy tan ocupada que ni siquiera pienso en mí.

Carola: ¿No tenías tiempo para llamarme o te olvidaste de mí? Y por favor sé honesta, no quiero que me digan mentiras.

Gaby: Carola, yo... pues bueno...

Carola: No te preocupes, no necesito que me lo digas con tus palabras, yo misma puedo imaginármelo, pero bueno, ¿qué le podemos hacer? ¿Y qué te ha pasado de nuevo en tu disquera?
Gaby (emocionada): Imagínate que hoy llamó Samael Sáenz.

Carola: (sin prestar mayor importancia) ¿Samael Sáenz? ¿Y para qué te llamó?

Gaby: (riendo) Al menos alégrate un poco ¿no? Al parecer dejó su disquera en Estados Unidos y quiere empezar una nueva etapa en Gaby Music. Mañana llega con su mánager y bueno, vamos a ver que pasa.

Carola: Me alegra por ti, después de todo el arduo trabajo que has tenido que hacer durante todos estos años ha servido de algo, por que si no estoy mal, Samael Sáenz es uno de los cantantes más importantes de este país. El que grabe un álbum en tu disquera podría ser un paso muy importante para ti.
Gaby: Así es, pero cuéntame... ¿a ti cómo te ha ido en este mes que hemos estado tan distanciadas?

Carola: No, es mejor que no te cuenta para que me regañes y créeme que eso es lo que menos necesito ahora.

Gaby (preocupada): ¿Tan mal están tus cosas?

Carola: Pues si mal es que me despidan de mi trabajo y esté atrasada con varias cuotas del apartamento, entonces sí estoy mal.

Gaby (impaciente): ¿Y qué fue lo que hiciste ahora Carola?

Carola: ¿Ves? Es un total error hablarte de mis problemas.

Gaby: Está bien, no voy a regañarte por esta vez, pero niña, a uno no lo despiden por cualquier cosa. ¿Qué fue lo que le dijiste a tu jefe para que te despidiera?

Carola: Es que últimamente estaba llegando tarde, y hoy también, entonces cuando trataba de esconderme para que no se fijara de mi retraso, me sorprendió por detrás y pues yo imprudentemente le dije que no me asustara de ese modo y comenzamos a pelear hasta que me despidió.

Gaby: ¿Y qué es en lo que pretendes trabajar ahora?

Carola: Pues aún no tengo un empleo, aunque pretendía buscar mañana por la mañana uno en el periódico. Lo único que tengo claro es que si consigo uno en máximo dos días, en menos de tres semanas estaré viviendo con las hermanas de la iglesia que por cierto tienen mal olor en los pies y expulsan gases a media noche.

Gaby: Sí, me imagino. Pero volviendo al tema de tu empleo, eso no es tan fácil Carola. No puedes tomar el periódico así como así y llamar a cualquier lugar por cada aviso que encuentres.

Carola: Yo lo sé abuela, pero no puedo rendirme así de fácil. Vale la pena intentarlo. No estoy perdiendo nada.

Gaby (pensativa): Mira Carola, voy a proponerte algo, pero antes necesito que entiendas que esto lo hago por que me sentiría como una abuela irresponsable dejándote a la deriva.

Carola (desconcertada): ¿Y qué piensas proponerme?

Gaby: Pues en este momento todas las vacantes en la disquera ya están empleadas, pero podría abrir una nueva para que trabajes conmigo como secretaria. ¿Qué te parece?

Carola (sorprendida): Abuela, pues... es una pregunta un poco... acelerada por así decirlo. ¿Qué te puedo decir? Creo que debería pensarlo.

Gaby: Yo te entiendo Carola, pero no olvides que necesitas emplearte ahora más que nunca. Esta es una oportunidad perfecta para pagar las deudas que tienes, pero eso lo dejo a tu criterio. Yo debo irme a dormir por que mañana será un día movido, y recuerda todo lo que te dije. Yo sé que la relación entre nosotras no ha sido la mejor desde que tus padres murieron, pero quiero que sepas que no soy una desconocida, soy tu abuela y eres mi responsabilidad.

Carola (sonriendo): Yo lo sé abuela, muchas gracias por tu apoyo. Que tengas buena noche, chao (cuelga el teléfono y lo aprieta contra su pecho pensativa).

INT. / GABY MUSIC / DÍA SIGUIENTE

Todos los productores musicales, secretarias y asistentes de Gaby Music están escuchando hablar a Litzi sobre la llegada de Samael Sáenz a la disquera.



Litzi (emocionada): ¡Así es! ¡Hoy llega temprano a la disquera! ¡Es más! Ya debe estar en camino.



Gaby: (saliendo del ascensor) Buenos días. ¿Por qué hay tanto desorden?

Litzi: Sí doña Gaby. Es que no hay derecho. ¡Pónganse todos a trabajar! (todos los empleados vuelven a sus puestos de trabajo). Siendo hoy un día tan especial para la disquera y no son capaces de comportarse.

Gaby: Mmm, ¿no será que tú eres la que no se sabe comportar?

Litzi (sorprendida): ¿Cómo se le ocurre doña Gaby? ¿Es que usted acaso no ha terminado de conocerme? Yo soy una persona muy ordenada y sobre todo muy trabajadora. En verdad me extraña doña Gaby, me extraña.

Gaby: En fin, ¿ya les diste la razón a los empleados?

Litzi: Sí señora. Acabo de darles la razón. Ya todos saben que Samael Sáenz visita hoy Gaby Music.

Gaby: Ok, entonces a penas llegue con su mánager avísame de inmediato (se va a su oficina).

Litzi: ¡Ah, doña Gaby! Algo más... es que mi tío, con él que vivo está como enfermito y lo que le quería comentar es que voy a tener que irme más temprano y vamos a necesitar otra secretaria que trabaje las horas en las que me ausente, por que sinceramente es mucho el trabajo y no creo que sea capaz de terminarlo más rápido que de costumbre.

Gaby: No te preocupes, auséntate las horas que sean necesarias, yo te reconozco la misma cantidad de sueldo (sonríe), y de lo de otra secretaria, creo que pronto voy a conseguir una que trabaje lo que tú no alcances. Entonces ya sabes lo que tienes que hacer si llega Samael Sáenz (se va a su oficina).

Carola acaba de llegar a Gaby Music para hablar con su abuela respecto a la propuesta que le había hecho la noche anterior. Estaba vestida de una manera extravagante, ya que llevaba puesta una blusa un tanto descotada, sobre ella una chaqueta marrón. Usaba también una minifalda roja de cuadros, medias veladas de color negro y tenis blancos.



Litzi: ¿Le puedo ayudar en algo señorita? (le pregunta a Carola al verla algo perdida).

Carola: Ah, buenos días (sonríe). ¿Podría avisarle a mi abuela que acabo de llegar? Necesito hablar con ella sobre algo importante.

Litzi (sorprendida): ¿Me está diciendo que doña Gaby es su abuela?

Carola: (extrañada) Sí, ¿por qué? ¿Pasa algo?

Litzi: Mire señorita. Hoy tenemos una visita muy importante que puede dar pie a la firma de un contrato de suma importancia para la disquera y doña Gaby no tiene tiempo para esta clase de bromas que de por cierto son muy malas.

Carola: Pero señorita, yo soy la nieta de Gaby Gómez. Me llamo Carola Gómez y soy la hija de su difunto hijo.

Litzi: No me haga reír (sonríe irónica). Doña Gaby jamás, o por lo menos desde los dos años que llevo trabajando en esta disquera ha mencionado que tiene una nieta. Además tampoco le creo semejante cosa por la vestimenta que usa. La familia Gómez por que lo que sé han sido personas de clase y muy elegantes.

Carola: Mire, yo no voy a discutir con usted el diferente gusto que mi familia y yo tengamos. En verdad necesito hablar con mi abuela. Es más, si quiere llámela por ese teléfono y dígale que se asome para que vea que sí soy su nieta.

Litzi: Lo siento, pero doña Gaby está muy ocupada para prestarle atención a esta clase de bromas. Le ruego que se retire o me veré obligada a llamar a seguridad para que la saquen de la disquera.

Carola le hace una seña a Litzi de "llevarla entre ojos" y se retira, pero de repente, choca con un alto y apuesto joven con el que cruza miradas y quien era Samael Sáenz, acompañado por Esteban, su mánager.



Carola: (perpleja) ¡Mi Príncipe!

CONTINUARÁ...

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