sábado, 24 de noviembre de 2012

¡Mi Príncipe! // Capítulo 2 // El regreso de Morticia

Carola acaba de chocar con Samael Sáenz, quien viene acompañado por Esteban, su mánager.



Carola: (perpleja) ¡Mi Príncipe!

Litzi: (interviene apresuradamente) Me imagino que usted debe ser Samael Sáenz. Ya mismo llamo a doña Gaby para que le atienda. Señorita (toma a Carola de brazo), la acompaño para que suba al ascensor.

Carola: (sin dejar de mirar a Samael sorprendida) ¡Has llegado mi príncipe! ¡Por fin!

Samael: (mirando con indiferencia a Carola) ¿Quién es esta muchacha? ¿Trabaja aquí?

Litzi: ¡No para nada! Es... es la hija de un socio de la disquera que vino a traer una razón. Señorita, ya puede irse.



Gaby: (sale de su oficina) Litzi, me podrías... Samael Sáenz (se sorprende al verlo) ¿Carola? (pregunta al ver a su nieta) ¿Qué es lo que está pasando aquí?

Samael: Yo le hago la misma pregunta a usted doña Gaby. No entiendo qué es lo que está pasando aquí. ¿No se supone que esta es una disquera seria?

Gaby: Claro que lo es. Litzi, por favor llévate a Carola a la cafetería mientras puedo atenderla. Por favor señor Samael, pase a mi oficina usted y su mánager (entra a su oficina y tras ella, entran también Samael y Esteban).

Carola: (reacciona) ¡Oye suéltame! (se suelta de Litzi) ¿Qué me has creído para tomarme así? ¿Tu muñeca de infancia?

Litzi: (mira a Carola de arriba a abajo con repugnancia) Por lo visto usted si es la nieta de doña Gaby.

Carola: (sonríe maliciosa) ¿Ya lo ves? Y ahora espérate el regaño de mi abuela por tratarme así.

Litzi: (suspira) ¡Que lamentable! Con una nieta así, basta y sobra. Mejor vámonos para la cafetería. Doña Gaby me lo ordenó.

Carola: No te preocupes. Yo puedo esperar a mi abuela aquí. Además quiero ver salir a mi príncipe.

Litzi: Ese no es ningún príncipe, es Samael Sáenz, el ídolo pop más importante de este país y es posible que quiera firmar un contrato con la disquera para la grabación de su próximo álbum. ¡No lo arruines! (seria)

INT. / GABY MUSIC, OFICINA DE GABY / DÍA

Hay un gran silencio entre Gaby, Samael y Esteban. Samael, está revisando las políticas de trabajo de la disquera que están impresas en unas hojas anexadas en una carpeta.



Samael: (le entrega la carpeta a Gaby).

Gaby: ¿Y cómo le parecen nuestras políticas de trabajo Samael?

Samael: (suspira) No me equivoqué cuando pensé en Gaby Music como la disquera ideal para grabar un futuro álbum musical. Todo me gusta: las políticas de trabajo, la caldad humana de los empleados, la decoración de la disquera, el ambienta, excepto...

Gaby: ¿Excepto qué?

Samael: Excepto la chica que vi cuando llegué. No me gusta para nada que sea la hija de un socio de la disquera. Si así es la hija, no quiero imaginarme como será el socio. ¿Qué clase de socios tiene entonces esta disquera?

Gaby: (suspira nerviosa) Bueno, la verdad es que... esa muchacha es mi nieta.
Samael (sorprendido): ¿¡Su nieta!?

Gaby: Sí, mi nieta. Se llama Carola. Es la hija de mi difunto hijo que murió hace varios años con su esposa en un accidente automovilístico. Ella quedó bajo mi cargo y...

Samael: (le interrumpe) Perdone. La vida de su nieta no me importa. Más bien dígame, ¿tiene ella algún vínculo laboral con esta disquera?

Gaby: No, claro que no. Es únicamente mi nieta, pero no trabaja en la disquera.

Samael: En ese caso, quiero firmar el contrato inmediatamente.

Esteban: ¿Estás seguro que quieres firmarlo ahora Samael? Puedes tomarte unos días para pensarlo bien.

Gaby: Su mánager tiene razón. Puede pensarlo unos días.

Samael: No es necesario. Ya vi y analicé lo suficiente sobre esta disquera. Definitivamente quiero grabar mi próximo álbum aquí en Gaby Music. ¿Dónde tengo que firmar doña Gaby.

Gaby (emocionada): Claro, ya mismo Samael. Déjeme buscarlo (busca el contrato en las carpetas que tenía sobre su escritorio y de la emoción, deja caer todo).


Samael: ¿Se encuentra bien doña Gaby?

Gaby: Claro, mejor que nunca (saca finalmente el contrato de una carpeta y se lo entrega a Samael). Aquí tiene el contrato. Léalo antes de firmarlo por favor.

MINUTOS DESPUÉS

Samael y Esteban salen de la oficina de Gaby.

Esteban: Samael, me parece que fuiste muy apresurado firmando ese contrato. Debiste haberte tomado unos días para pensarlo bien (ambos paran de caminar).

Samael: No se es apresurado cuando tienes buena percepción.

Esteban: Yo acepto que la disquera tiene buen ambiente laboral, empleados eficientes y...

Samael: (le interrumpe) Y nada. Ya firmé el contrato, no puedo retroceder hacia atrás.

Esteban: A eso me refiero: al contrato. Si en el futuro hay algo que no te guste de la disquera, no vas a poder irte así de fácil por que como firmaste, tienes una clausura de permanencia con Gaby Music hasta que se lance tu álbum.

Samael: Yo sé muy bien lo que firmé Esteban, no te preocupes. Yo acepto esa clausura de permanencia, además no hay por que ser tan negativos. Me encanta la disquera y no creo que algo vaya a hacer que me arrepienta. Ahora vámonos.

Esteban: ¿A dónde quieres ir?

Samael: Me gustaría ir a conocer la ciudad para irme familiarizando con los lugares.

INT. / GABY MUSIC, CAFETERÍA / DÍA

Carola y Litzi están sentadas en uno de los puestos de la cafetería. Mientras Carola juega Mario Bros en su Blackberry muy emocionada, Litzi la mira sorprendida.



Carola (enojada): ¡Por poco gano y justo pierdo!

Litzi: ¿Vas a jugar por décima vez?

Carola (aburrida): No, ya no más (tira el Blackberry sobre la mesa). ¿Será que mi abuela ya terminó de hablar con mi príncipe?

Litzi: Por favor deja de llamar a Samael así. Te lo repito de nuevo: él puede firmar un contrato con Gaby Music y si te escucha que lo llamas así, vas a lograr que termine buscando otra disquera para la grabación de su álbum.

Carola: ¡Pero tú no me entiendes! Toda mi vida he esperado a mi príncipe, como las princesas de los cuentos o como las protagonistas de las telenovelas que veo por la noche. Tal y como a ella les llega algún día su príncipe, a mí me llegó hoy.

Litzi: ¿Eres normal o te haces?

Carola: ¿Qué clase de pregunta es esa?

Litzi: Olvídalo (suspira). Mejor subamos al otro piso. De seguro doña Gaby ya atendió a Samael y a todas estas, ¿para qué quieres verla?

Carola: Bueno, es que mi abuela me propuso trabajo aquí en su disquera como secretaria y vine a darle el "si". La verdad yo no tengo experiencia en eso, pero de seguro que pocos días aprendo.

Litzi (sorprendida): ¿Secretaria? Yo que sepa no hay vacantes disponibles. En fin, subamos.

INT. / GABY MUSIC, OFICINA DE GABY / DÍA

Gaby está mirando muy feliz el contrato que Samael Sáenz acaba de firmar, incluso llega a besar el papel de la emoción. En ese momento, tocan la puerta de la oficina.



Gaby: (pone el documento sobre el escritorio) Adelante.



Litzi: (entra a la oficina con Carola) Doña Gaby, aquí está su nieta que quiere hablar con usted.

Gaby: Gracias Litzi, puedes retirarte.

Litzi: Sí doña Gaby. Con permiso (sale de la oficina y cierra la puerta, pero se queda escuchando).

Gaby: Siéntate Carola. Me imagino que vienes a darme una respuesta respecto a la propuesta que te hice anoche.

Carola: (se sienta) Sí abuela, a eso vengo (sonríe tímida).

Gaby: Bueno, ¿y entonces que decidiste? ¿Aceptas el trabajo sí o no?

Carola: Pues, después de pensarlo mucho, definitivamente acepto tu propuesta de trabajar aquí en Gaby Music.

Gaby (sonriente): Me alegra mucho tu decisión Carola. Me parece una decisión muy bien tomada. Me gustaría ofrecerte otro puesto, pero me parece que como secretaria estarías comenzando de buena manera. En cuanto a la experiencia, yo sé que este trabajo es algo nuevo para ti. Ya hablaré con las demás muchachas para que te enseñen y te guíen.

Litzi: (susurrando) Pues que conmigo no cuente. ¿Yo ayudarle a esa? (hace un gesto de repugnancia y se va a su puesto de trabajo molesta).

Carola: ¿Y cuándo comenzaría mi trabajo?

Gaby: ¿Te parece bien mañana? Es que ahora debo pensar donde ubicaré tu puesto de trabajo, tu escritorio, etc. ¿Me entiendes?

Carola (sonriendo): Claro abuela, te entiendo. ¡Espero hacerlo bien! ¿Y a qué horas debo estar aquí?

Gaby: A las siete de la mañana empiezas a trabajar y terminas a mediados de las cinco de la tarde.

Carola (sorprendida): ¿¡Qué!?

Gaby: ¿Pero por qué te pones así? ¿No te gusta el horario de trabajo?

Carola: Bueno, siéndote sincera no me gusta ni madrugar tanto con el frío que hace en esta ciudad, ni tampoco me gusta salir tan tarde por que el autobús está muy lleno. ¿No se podrá cambiar mi horario?

Gaby: Haber Carola, el hecho de que seas mi nieta no quiere decir que vayas a tener más "privilegios" que los demás empleados, por que eso serás aquí: una empleada más, independientemente del lazo familiar que nos une. Si no te gusta el horario, pues entonces no podrás trabajar aquí, aunque puedo ayudarte a conseguir otro empleo.

Carola: No abuela, otro empleo no. Me quede trabajando aquí en tu disquera. El horario, no importa. Lo acepto. Mañana estaré aquí a las 7 de la mañana (se levanta). Ya me voy, que tengas buen día.

Gaby: Espera Carola, algo más. No vayas a llegar tarde. Es una falta que voy a considerar en tu currículo y que te puede afectar cuando vayas a conseguir otro empleo. ¿Entendido?

Carola: Entendido. Me voy entonces, adiós abuela (sale de la oficina y cierra la puerta).
Litzi: (aborda apresuradamente a Carola) ¿Cuándo empiezas a trabajar?

Carola (sorprendida): ¡Uich! Ya veo que eres la chismosa de esta disquera. ¿Te quedaste escuchando detrás de la puerta?

Litzi: ¡No! ¿Cómo se te ocurre? Es que estaba pasando casualmente por la oficina de doña Gaby y accidentalmente escuché que aceptaste su propuesta de trabajar aquí.

Carola: Sí ¿cómo no? "Pasando casualmente" Y sí, le acepté el trabajo a mi abuela. Mañana empiezo a las siete de la mañana (desanimada).

Litzi: (riendo) Veo que no te gusta para nada el horario, pero tranquila, puedes renunciar ahora mismo y así te evitas la madrugada.

Carola (ofendida): ¿Que más quisieras tú? ¡Metiche! (sube al ascensor molesta y Litzi se queda mirándola sorprendida).

Al tiempo en que Carola sube, se baja una atractiva mujer, con aires de ejecutiva.



Mujer: (sonriendo) Buenas días señorita. Me gustaría hablar con Gaby Gómez. ¿Se encuentra ella?

Litzi: Eh, buenos días y sí, doña Gaby se encuentra. ¿Tiene usted cita con ella?

Mujer: No, no la tengo, pero de igual manera lo que vengo a hablar con ella le interesa. ¿Podría anunciarme?

Litzi: ¡Claro! ¿Cuál es su nombre, perdón?

Mujer: Elisa Montero. Ahora anúncieme con doña Gaby, por favor.

Litzi: (se va a su puesto de trabajo apresuradamente y llama a Gaby por el teléfono) Doña Gaby, perdón que la interrumpa. Es que aquí hay una señorita llamada Elisa Montero que desea hablar con usted. ¿Quiere que la haga pasar?

Gaby (al otro lado de la línea muy sorprendida): ¿¡Elisa Montero dices!? Hazla pasar inmediatamente Litzi. Es la hija de un socio muy importante.

Litzi: (cuelga) Señorita Montero (a Elisa), doña Gaby dice que puede pasar.

Elisa: Ok. Muchas gracias (entra a la oficina de Gaby caminando muy refinadamente). Buenos días doña Gaby. Soy Elisa Montero, hija de Fernando Montero, socio de esta disquera.

Gaby: (se levanta de su asiento) Buenos días señorita Elisa. Bienvenida a Gaby Music. Por favor tome asiento. (Al teléfono) Litzi, por favor trae dos cafés tibios a mi oficina (cuelga y se sienta). Y dígame, ¿cómo está Fernando?

Elisa: (toma asiento) Mi padre está un poco delicado de salud. Al parecer usted y él tienen un negocio muy importante, pero él por órdenes del médico no pudo viajar. Precisamente por eso estoy aquí, por que me mandó como su representante.

Gaby: Ya comprendo. En todo caso, Fernando me ha hablado muy bien de usted. Será todo placer tenerla trabajando en mi disquera.

Elisa: Lo mismo digo doña Gaby, pero no crea que solo vine aquí por motivos laborales. También he venido por motivos personales que tienen nombre propio: Samael Sáenz.

Gaby (sorprendida): ¿Samael Sáenz?

INT. / UN RESTAURANTE DEL CENTRO DE LA CIUDAD / DÍA

Samael y Esteban están terminando de almorzar en un lujoso restaurante.



Samael: La comida estuvo deliciosa (bebe un poco de vino de una copa).

Esteban: ¿Quieres que vayamos ya al hotel?

Samael: (se levanta a la par con Esteban) Sí, vámonos ya. Puedes esperarme afuera del restaurante. Iré al baño un momento (deja unos billetes sobre la mesa y se dirige al baño).

Esteban: Ok. Entonces te esperaré afuera.

EXT. / RESTAURANTE DEL CENTRO DE LA CIUDAD / DÍA

Afuera del mismo restaurante en que Samael y Esteban se encontraban, Carola se encuentra caminando hambrienta. A través del vidrio, observa deseosa la comida que almuerzan unas personas en el interior del lujoso restaurante.



Carola: (prácticamente babeándose) ¡Pero que delicia de papas fritas con arroz! Hace tanto que no almuerzo así (suspira resignada).

En ese momento, sale del restaurante Esteban, quien se detiene en la entrada del lugar para revisar su celular. Cuando Carola se dispone a dar un paso, se desvanece en el suelo y Esteban corre apresuradamente hacia ella.

Esteban: (se inclina y la toma delicadamente de la cabeza) Oye muchacha, ¿te encuentras bien?

Carola: (con la voz entrecortada) Sí, estoy bien. Gracias (trata de incorporarse, pero casi vuelve a caerse si Esteban no la tiene).

Esteban: (la mira fijamente) ¡Pero si eres tú! (se percata de que ya había visto a Carola antes en la disquera).

Carola (extrañada): ¿Te conozco? (logra ponerse de pie).

Esteban: Claro. Nos vimos esta mañana en la disquera de tu abuela Gaby Gómez. ¿Eres su nieta, no?

Carola: Bueno, pos, sí soy la nieta de Gaby Gómez y también estuve esta mañana en su disquera, pero no recuerdo haberte visto a ti.

Esteban: Tal vez no me viste porque todo pasó muy rápido, pero entonces aprovecho este momento para presentarme. Me llamo Esteban López. Soy el mánager del cantante Samael Sáenz, ¿lo conoces?

Carola: (recuerda) ¡Ah, pos ya me acordé! Tú venías cuando choqué con mi príncipe, el altote, guapetón. Ese es Samael Sáenz.

Esteban: (ríe) Sí, yo soy su mánager. ¿Pero por qué le llamas "mi príncipe"?

Carola: (suspira enamorada) Por que él es mi príncipe, el príncipe que había estado esperando toda mi vida y que hoy me llegó, como a las princesas de los cuentos de hadas. ¿Si me entiendes?

Esteban: Pues sí te entiendo, pero yo que tú no me haría tantas ilusiones. Samael no tiene novia, pero no sería nada raro que muy pronto la tuviera.

Carola: (triste) ¿Ah sí? ¿Y por qué lo dices? ¿Quién es la que anda detrás de él?

Esteban: Es una vieja amiga, se llama Elisa y vive en Miami. Precisamente el padre de ella es socio de la disquera de tu abuela. Oye y a todas estas, no me has dicho tu nombre muchacha.

Carola: ¡Ah, claro! Me llamo Carola Gómez (sonríe tierna).

Esteban: Bueno Carola, ya que nos hemos conocido mejor y ya que me has caído tan bien, ¿por qué no nos volvemos amigos?

Carola: ¿Amigos?

Esteban: Sí amigos. ¿Acaso no quieres ser mi amiga Carola? ¿No te caigo bien?

Carola: No, no es eso. ¿Pos cómo crees? ¡Claro que podemos ser amigos! ¡Es más! Como hermanos ya que eres el mánager de mi príncipe, pero otro día seguimos hablando más suave. Ya me tengo que ir, me estoy perdiendo mi novela de misterio, "Tiempo de Tormenta", hoy va a estar buenísima.

Esteban: ¿Quieres que te pida un taxi?

Carola: No, gracias. Me puedo ir caminando a mi apartamento, además ahora no tengo plata para ponerme a gastar en taxi, si ni siquiera tengo con que comer.

Esteban: Eso no es problema (saca su billetera del bolsillo y toma unos billetes). Yo te puedo prestar el dinero y luego me lo pagas (le extiende los billetes).

Carola: De verdad muchas gracias, pero no puedo aceptártelos. No me quiero aprovechar de tu amabilidad.

Esteban: No lo estás haciendo. Sólo te estoy prestando dinero como cualquier amigo lo haría con su amiga. Toma el dinero, cómprate algo de comer y vete en taxi a tu apartamento.

Carola: ¡Pues está bien! (le arrebata el dinero a Esteban). Pero solo te lo recibo por que de verdad me estoy muriendo del hambre, si vieras, bajé como 5 kilos en sólo tres días.

Esteban: Jajajajaja. Bueno, para que no sigas bajando más de peso, come algo rápido.
Carola: Tienes razón (se va corriendo, pero se detiene) Oye y muchas gracias. Luego nos vemos (continúa corriendo).

Esteban: (ríe) ¡Que muchacha más simpática! Carola Gómez... (repite con ilusión el nombre de la muchacha).

En ese momento, sale Samael del restaurante.

Samael: Esteban, ya podemos irnos.

Esteban: ¡Ah, sí! ¡Claro! Vamos.

INT. / APARTAMENTO DE GABY / NOCHE

Gaby acaba de llegar a su apartamento sumamente cansada. Luego de abrir la puerta, se dirige al interior, sin todavía prender las luces y tira su bolso sobre el mueble.



Gaby: ¡Que día más duro tuve hoy! ¡Tengo un dolor de pie
s que podría...!

Y se detiene cuando de repente ve en el corredor pasar una sombra rápidamente.

Gaby (muy nerviosa): ¿Qué... fue eso? ¡No! Sólo es producto del cansancio. ¿Cómo alguien iba a entrar a este apartamento? ¡Ay Gaby! ¡Tienes que dejar de trabajar tanto! (vuelve a ver pasar la misma sombra en dirección a su habitación). No, debo estar volviéndome loca. Aquí no hay nadie.

En ese momento, Gaby escucha que alguien ha encendido la televisión de su habitación.

Gaby: (murmurando) No para nada. Esto no es producto de imaginación, hay alguien en mi apartamento. ¡Dios mío! ¿Qué hago? (nerviosa).

Gaby toma un bate que tenía colgado sobre un estante que estaba en la sala y se dirige lenta y silenciosamente hacia su habitación.

**MÚSICA DE FONDO**


Poco a poco, llega a la entrada, pero no se atreve a entrar por el miedo que la invade. La mujer está sudando aparatosamente y luego de tomar un profundo suspiro, entra lentamente a la habitación, donde ve la cabeza de una persona sentada viendo la televisión. Gaby piensa atacarla por detrás y se va acercando de manera despaciosa, cuando finalmente le pega al sujeto con el bate, pero se da cuenta que solo era una almohada con una peluca. De repente, alguien le habla por detrás.

Persona misteriosa: ¿Me buscas a mí?

Gaby: (se voltea).

Persona misteriosa: (prende una lámpara en su frente) ¡Buh!

Gaby y aquella persona sueltan un tremendo grito al mismo tiempo que hace incluso que un búho, que había en la rama de un árbol saliera volando. En un momento dado, Gaby y la persona misteriosa dejan de gritar.



Gaby (sorprendida): ¿Morticia?

Morticia: ¡Gaby, hermana de mi corazón! (la besa en la mejilla).

Gaby: (tartamudeando) Pe... Pe... ¿Pero tú que... que haces aquí?

Morticia: ¡Ay mija! ¿Es que no te alegra verme? ¡Estoy de vuelta y pa' quedarme! (chasquea los dedos y todas las luces de la casa se prenden).

Gaby: No, haber, tienes que explicarme muchas cosas Morticia. Primero que todo, ¿dónde estuviste durante tanto tiempo? ¿Cuándo fue la última vez que nos vimos? Hace como tres años ¿y te apareces así de repente?

Morticia: Es que estuve de vacaciones por todo el mundo, ¡divinas de muerte! ¡Si te contara! Tengo las fotos y todo, hasta me tomé una con la coña esa de Angelique Boyer y con la Thalía. Incluso cené con el Conde Drácula. ¡Me pasó de todo!

Gaby: (sorprendida) ¿Estuviste de vacaciones durante tres años? Pudiste haberme llamado tan siquiera (frustrada). ¿Y cómo demonios entraste a este apartamento? No tenías llaves, ¿cómo lo hiciste?

Morticia: ¡Ah, pos ya ves que tengo mis mañas mija! ¿Por qué mejor no nos tomamos unas buenas copas para celebrar mi regreso? ¡Ven!

Gaby: ¡No, espérate! Aún no me has terminado de explicar. ¿Dime por qué regresaste? ¿A qué? ¿Bajo qué motivos? Te conozco muy bien Morticia y sé que algo debió haberte pasado para que regresaras así como así.

CONTINUARÁ

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