martes, 19 de febrero de 2013

¡Mi Príncipe! // Capítulo 6 // Inicia un triángulo amoroso

Carola se va a lavar las manos y mientras lo hace, de repente entra a Samael al baño. Carola lo ve a través del espejo y muy sorprendida voltea.


Carola: ¿Y... tú qué haces aquí? ¿Qué no ves que este es el baño de mujeres? Te equivocaste.

Samael: No, no me equivoqué. Entré por que sabía que estabas aquí y necesito hablar contigo.

Carola (nerviosa): ¿Hablar conmigo? Pues sí es sobre lo que pasó anoche, no me vengas a echar la culpa, eh. Tú mismito te buscaste que te arrestaran. Yo no tuve nada que ver.

Samael: (riendo) No, no es sobre eso Carola.

Carola: ¿Y entonces? ¿Sabes qué? Mejor déjame de hacer perder el tiempo que tengo que volver a trabajar. La plata no cae del cielo.

Cuando Carola va a salir del baño, Samael la detiene tomándola del brazo y la acorrala contra la pared.

Samael: (seductoramente) ¿Te gusto?

Carola: (sonrojada) ¿¡Qué!? ¿De... de dónde sacas eso?

Samael: Te lo pregunto. ¿Te gusto?

Carola: (respirando muy agitada) Tengo que irme. Déjame.

Samael: No vas a ir a ningún lado, hasta que respondas a mi pregunta (le habla muy cerca a los labios). ¿De verdad... te gusto?

Carola sin saber que decir, se suelta de Samael, pero él, la toma nuevamente del brazo, la gira e inmediatamente la besa. Carola abre los ojos de la sorpresa, pero comienza a corresponderle a los breves segundos. Es así como ambos jóvenes se funden en un apasionado beso.

Muy cerca del baño, por el corredor, Litzi camina, pero para al caer en cuenta de algo.



Litzi: ¿Dónde dejé mi reloj? (lo busca por los bolsillos). Lo debí haber dejado en el baño. ¡Claro! Ahí lo dejé porque me lo quité para lavarme las manos.

Litzi se devuelve para el baño, pero se detiene a abrir la puerta al ver por la ventanilla el beso entre Carola y Samael. Muy impresionada, se lleva las manos a la boca.

Litzi: ¡Santa pacha bendita! ¡Esto lo tiene que saber la señorita Elisa! (sale corriendo de allí).

Samael deja de besar a Carola, la mira seductoramente con una sonrisa pícara en el rostro y sale del baño. La joven que está prácticamente en shock, se desliza por la pared y se sienta en el piso, mientras acaricia sus labios con sus dedos:

Carola: (muy agitada) Me besó... Mi príncipe, me besó...

INT. / GABY MUSIC, OFICINA DE GABY / DÍA

Gaby está leyendo muy sorprendida la noticia sobre el escándalo en que Samael resultó la noche anterior. Elisa está a la frente, sentada, con una sonrisa de satisfacción.



Gaby (muy sorprendida): No sabía nada de esto, no estaba enterada, para nada.

Elisa: Y a lo mejor así se hubiera quedado si no fuera por mí. ¿Ya ve? Su nieta Carola es un problema para todos. No solo para Samael, sino también por que causa una terrible imagen para Gaby Music. Debe echarla hoy mismo.

Gaby: Lo sé señorita Elisa, eso... pienso hacer más tarde, aunque de verdad me parte el corazón justo hoy que había venido más comprometida con sus deberes (indecisa).

Elisa: Pero doña Gaby, en asuntos laborales no se pueden involucrar los sentimentales. Entiendo el parentesco que las une, pero ya sabe usted...



Litzi: (entrando a la oficina muy apurada) ¡Señorita Elisa! Tengo que decirle algo urgentemente que no puede esperar.

Gaby: ¿Pero qué te pasa muchacha? ¿Por qué entras a mi oficina así sin tocar?

Litzi: Usted discúlpeme doña Gaby, pero es que me urge hablar con la señorita Elisa sobre algo muy importante para ella.

Elisa (desconcertada): ¿Y qué es eso tan importante Litzi? ¿Es sobre algo relacionado con la disquera?

Litzi: No, claro que no. Si fuese así, hablaría directamente con doña Gaby. Es sobre algo personal relacionado con usted.

Elisa: (suspirando) Bueno, entonces vayamos a mi oficina y hablemos allá (se levanta). Doña Gaby, por último me gustaría decirle que para que este asunto no se tarde más, despida a Carola lo más pronto posible y así se evita más preocupaciones y sobre todo, más escándalos que puedan afectar a la disquera.

Gaby: Eso haré señorita Elisa.

Elisa y Litzi salen de la oficina de Gaby, dejando a esta última muy indecisa sobre si despedir a Carola o no de la disquera.

Afuera de la oficina, en el piso principal, viene Samael por un pasillo, sonriendo con una enorme satisfacción. Esteban le esperaba.



Esteban: ¿Dónde estabas? De repente desapareciste y te perdí de vista.

Samael: Hacía algo que tenía que hacer, no te preocupes. Tengo que hablar con doña Gaby. Pensándolo bien, tienes razón Esteban, no es justo por mi parte hacer que echen a Carola de su trabajo. Descubrí que... ambos podemos llegar a ser muy buenos amigos.

Esteban (satisfecho): Me alegra que pienses así Samael. De algo sirvió haberte hecho entrar en razón y claro que pueden llegar a ser buenos amigos, solo tienes que poner de tu parte para que no hayan problemas. Ya sabes como funciona, depende del trato.

Samael: Sí, sé. ¿Y no sabes si ya llegó doña Gaby? Así salgo de esto de una vez.

Esteban: Sí, ella ya llegó, eso me dijo una secretaria a la que le pregunté.

Samael: Perfecto.

Samael se dirige a la oficina de Gaby y toca la puerta. Ella desde adentro, con las manos en la cabeza algo frustrada, permite que pase.



Gaby: Adelante.

Samael: (entra) Doña Gaby, que bueno que está, necesito hablar algo con usted.

Gaby: Sí es sobre Carola, ya... iba a llamarla para informarle de su despido.

Samael: No, claro que no. Ya no es necesario que despida a su nieta.

Gaby (muy sorprendida): ¿Cómo?

INT. / GABY MUSIC, OFICINA DE ELISA / DÍA

Elisa y Litzi están ingresando a la oficina de la primera. Elisa toma asiento, mientras que Litzi se queda parada frente al escritorio.



Elisa: Y bien, ya estamos aquí. ¿Qué es eso tan urgente que necesitabas hablar conmigo?

Litzi: Sí, eh... ¿será que me puedo sentar?

Elisa: (suspirando) Siéntate entonces y dime ya de una buena vez.

Litzi: (toma asiento rápidamente) Muchas gracias señorita. Bueno, agárrese de donde pueda por que lo que voy a decirle es algo... algo...

Elisa (impaciente): ¿¡Algo de qué!?

Litzi: Algo que vi hace unos momentos en el baño de mujeres que la afecta directamente a usted, sobre Samael.

Elisa (sorprendida): ¿Samael? ¡Pero no entiendo nada! ¿Qué hacía él en el baño de mujeres? Explícate.

Litzi: Resulta que estaba besándose y comiéndose a besos con la Carola esa, la nieta de doña Gaby.

Elisa: (levantándose muy sorprendida) ¿Quéeee? ¿Qué es esa barbaridad que estás diciendo Litzi? (enojada). ¿Acaso te estás burlando de mí?

Litzi (asustada): Le juro que le estoy diciendo la verdad señorita Elisa, no me estoy burlando de usted. Yo los vi con mis propios ojos besuqueándose descaradamente en el baño y...

Elisa: (gritando) ¡Cállate! ¡Ya no lo repitas más!

Litzi: Por favor discúlpeme, yo no quería contarle esto para que se pusiera así. Se lo conté por que lo creí conveniente, como usted me dijo que le gustaba Samael Sáenz.

Elisa: No te he preguntado para qué me lo contaste. Limítate a guardar silencio mejor (comienza a caminar de un lado para otro). Yo sinceramente no creo eso que estás diciendo. No lo creo por que a Samael le cae muy mal esa muchacha. Él mismo le pidió a doña Gaby que la despidiera por que la odia. ¿Cómo va a besarse con esa de un día para otro y más con el escándalo en que lo metió anoche?

Litzi: Nuevamente se lo digo señorita, yo no le estoy mintiendo. Solo le digo que vi. Antes de verlo, momentos antes, yo estaba en el baño lavándome las manos. Luego entró Carola a hacer lo mismo y yo me retiré, pero me devolví al darme cuenta que había dejado mi reloj y ahí fue cuando me encontré con semejante escena.

Elisa: ¿Ellos te vieron?

Litzi: No. Estoy segura que no. Yo los vi por la ventanilla transparente que tiene la puerta y luego salí corriendo para contarle a usted.

Elisa: Me pregunto si todavía estarán en el baño. ¿Y si ya empezaron a hacer otra cosa? (asustada). No, no puede ser. ¿Cómo puede ser posible que Samael pueda besarse con ella, precisamente con ella?

Litzi: Bueno, no es por mortificarla más de lo que ya está, ¿pero a usted no se le hace muy raro que Samael y Carola se hayan emborrachado anoche juntos? Porque eso hicieron, ¿no? Puede que en realidad, ellos tengan alguna relación en secreto y solo traten de aparentar delante de los demás.

Elisa: ¿Será posible? Tengo que averiguarlo, tengo que saber que hay detrás de ese supuesto beso que dices haber visto. Pero una cosa sí digo, en caso tal de que tengan alguna relación, juro que voy a hacer hasta lo imposible por separarlos. Samael tiene que ser mío, solo mío o me dejo de llamar Elisa Montero (convencida en medio de rabia). Ninguna zarrapastrosa como esa "muchachita" me lo va a quitar.

INT. / GABY MUSIC, PISO PRINCIPAL / DÍA

Carola viene caminando lentamente de un pasillo, prácticamente pasmada, sin creer aún que Samael la haya besado. En eso choca con Esteban, que esperaba a Samael.



Carola: Esteban... (Sonríe). Perdona, no me fijaba por dónde iba. ¿Cómo estás?

Esteban: Hola Carola. Estoy bien, esperaba a Samael que está adentro hablando con tu abuela.

Carola (reacciona): ¿¡Samael!?

Esteban: Sí, Samael, pero no entiendo por qué te sorprendes. ¿Te pasa algo con él?

Carola (nerviosa): ¿Pasar? No, claro, no pasa nada. Sólo preguntaba...

Esteban: (analizando a Carola) Mmm, ¿sucede algo? Te noto rara.

Carola: No te preocupes, no me sucede nada. Fíjate que estaba pensando en la Litzi (miente para disimular).

Esteban (sorprendido): ¿En Litzi? ¿La secretaria de doña Gaby?

Carola: Sí, ella. Es que hoy llegó con un ojo morado, de lo más raro. Ella dice que tuvo un accidente, que se pegó con la mesa y yo no sé qué, pero no lo creo. Eso parece más bien causado por alguien.

Esteban: A lo mejor sí fue un accidente y te estás haciendo ideas locas en la cabeza.



Morticia: (saliendo de su oficina) ¡Carolis! ¡Yujuuuu! ¡Que bueno que te veo mija!

Carola: ¡Hola tía! (sonríe emocionada). Te ves más diferente hoy. ¿Qué te pasó?

Morticia: (se va dirigiendo a Carola) Uy mija, pos que... (Se detiene a hablar al ver a Esteban), bueno, son cosas de mujeres.

Esteban: ¡Ah, claro! No se preocupen, ya me retiro. De hecho iba a ir a la cafetería. Con permiso.

Esteban sube al ascensor para bajar al piso inferior en el que queda la cafetería. Carola y Morticia quedan únicamente acompañadas en el mismo piso por algunos empleados.

Morticia: (mirando a Carola con ternura) ¡Ay! Pero si eres igualitica a mí cuando tenía tu edad, lo cual quiere decir que estás divina de la muerte.

Carola: Gracias tía Morti. ¿Y hace cuanto fue que tenías mi edad? ¿Unos 30 años?

Morticia: (riendo) Ay mija, claro que no. Estás equivocada. Yo tenía tu edad hace más de un siglo.

Carola (muy sorprendida): ¿Hace más de un siglo? ¿Y entonces...?

Morticia: (le interrumpe) Déjalo así. Mejor te cuento que me tiene tan contenta y radiante el día de hoy, ¿pero te pasa algo mija? Te veo como viuda en funeral (ríe).

Carola: (riendo, pero sin muchas ganas) No tía, no me pasa nada o bueno... sí, si me pasa algo que todavía no puedo creer y por más que trato no puedo despertar, así que no se trata de un sueño como siempre.

Morticia (curiosa): ¿Y de qué se trata eso que no puedes creer? ¡Cuéntame que puedes tener toda confianza en mí!

Carola: Está bien (susurrando), pero que esto solo quede entre tú y yo. Es un secreto, dónde se entere mi abuela, la que se me arma.

Morticia: ¡Pos por eso te lo acabo de decir! Ten toda confianza en mí y con más razón, siendo yo un ser del más allá. Tú sabes que no hay mejor silencio que el de una muerta (ríe).

Carola: Es que... hace unos momentos en el baño de mujeres (se acerca a Morticia y le susurra), mi príncipe, el guapetón... me besó...

Morticia: (emocionada y hablando en voz alta) ¡Me meoooooo!

Carola: ¡Chist! ¿Qué te dije? No lo puede saber nadie.

Morticia: ¡Ay, perdóname mi Carolis, pero me emocioné! Casi me quedo viva con esa noticia. ¿Y no se comieron la cereza?

Carola (avergonzada y sonrojada): ¡Ay, claro que no! Cállate, no digas esas cosas tan atrevidas.

Morticia: Sí, sí, bueno, pero no me has respondido. ¿Se la comieron sí o no?

Carola: Ya te dije que no. Sí ese apenas era... (Se acaricia los labios lentamente) mi primer beso... Todo pasó tan de repente. Yo estaba en el baño lavándome las manos y entró mi príncipe mirándome como menso y después, me acorraló contra la pared, me preguntó que si él me gustaba y al final, me besó.

Morticia: ¡Súper romántico de la muerte! Parece beso de telenovela.

Carola: (sonriendo pícaramente) Tienes razón. No fue en un paisaje, con gente y todo eso como en los cuentos de hadas, pero fue justo como lo quería. La verdad me sentí en las nubes, volando...

En ese momento, Elisa le habla a Carola desde la puerta de su oficina. Litzi aprovecha para salir y volver a su puesto de trabajo.



Elisa: ¡Oye tú! ¡Carola! ¿Podrías venir un momento a mi oficina?

Carola (indiferente): ¿Y eso cómo para qué o qué? (se cruza de brazos y la mira fulminante).

Elisa: (riendo) ¡Baja la guardia niña! No te voy a comer, al contrario, quiero hablar contigo algo personal. ¿Puedes pasar?

Carola: Pues de poder, poder... Mmm (pensando) sí, sí, puedo.

Elisa: Bien, entonces te espero (entra nuevamente a su oficina).

Carola: (a Morticia) Hablamos más tarde tía. Cuídate. Ahora tengo que hablar yo no sé que cosas con la bruja esa.

Morticia: No te preocupes, de hecho, yo también tenía algo que hacer. Tengo una cita.

Carola (sorprendida): ¿Una cita? ¿Con quién?

Morticia: La cita es por el Messenger, fíjate, me conseguí un galán por internet y la persona, ya lo sabrás a su debido tiempo. Eso era lo que me tenía y me tiene tan feliz y resplandeciente hoy. Sayonara mija, nos vemos (besa a Carola en la mejilla).

Carola: (sonriendo) Está bien tía. Adiós.

Morticia se va a su oficina para chatear con su inesperado galán, mientras que Carola pasa a la oficina de Elisa.

INT. / GABY MUSIC, OFICINA DE ELISA / DÍA

Elisa está sentada, con los dedos cruzados, mirando detenidamente a Carola, quién está parada al frente del escritorio, suspirando ya algo impaciente. Ésta última, se atreve a romper el silencio.



Carola (impaciente): ¡Bueno, ya! ¿Qué tanto me ves? ¿Por qué más bien no me dice de una buena vez que era eso "personal" que quería hablar conmigo?

Elisa: (recostándose en la silla) Sí, tienes razón. Seré directa y breve. ¿Gustas tomar asiento... Carola?

Carola: No me interesa. Sí va a ser breve, no hay motivo por el cuál deba sentarme. No estoy de visita, estoy trabajando.

Elisa: Bueno, pues allá tú si quieres sentarte o no. Como te decía, iré al grano... He estado pensando en ti últimamente y analizando como te he tratado desde que nos conocemos, llegué a la conclusión de que no he sido muy amable contigo, no como debería y...

Carola: (le interrumpe) Y no se tensione por eso... señorita Elisa (replicándole). Una mujer de su clase no tiene porqué aclararle a una tonta como yo esas cosas.

Elisa: (sonriéndole hipócritamente) De igual manera, me siento en la necesidad de hacerlo. No quiero que te lleves una mala imagen de mí.

Carola: Ah, pues en eso sí tiene razón (mira para arriba).

Elisa: (pensando mientras sonríe: Estúpida, sus indirectas me enfurecen. De buena gana, la pisotearía como una vil cucaracha) Por eso, debo disculparme contigo. Si fuera posible, me encantaría que llegáramos a ser buenas amigas, que tuviéramos una mejor relación, ¿no crees?

Carola: Pues sí, tiene razón. Es como harto llevarse de malas con los demás, pero una cosa es lo que sale por su boca y otra muy diferente lo que verdaderamente siente.

Elisa: ¿Pretendes ofenderme insinuando que soy hipócrita? Carola, yo te puedo asegurar que no soy de esas personas.

Carola: Noooo, yo sólo decía. Pero para no alargar más la conversación, dejemos las cosas así. Ya todo quedó claro ¿no?

Elisa: Sí, pero me gustaría hacer algo más por ti. Ya casi es la hora del almuerzo, ¿por qué no salimos a comer tú y yo?

Carola (sorprendida): ¿Usted y yo? Eso si está como raro.

Elisa: Ya ves que no. Solo es un gesto bonito, ideal para comenzar una amistad. Yo te invito. ¿Qué dices?

Carola: Pues no sé, la verdad... (Indecisa).

Elisa: (levantándose) Por favor Carola, no rechaces mi invitación. Es un detalle para dar inicio a esta amistad, como te lo acabo de decir. Por favor...

Carola sigue indecisa, mientras que Elisa trata de convencerla, sólo con el objetivo de confirmar lo que le contó Litzi.

INT. / GABY MUSIC, OFICINA DE GABY / DÍA

Gaby está hablando con Samael, algo que acaba de dejar a la mujer muy sorprendida. Ambos están sentados.



Gaby (muy sorprendida): La verdad no lo entiendo Samael. ¿Cómo es eso de que ya no quiere que eche a Carola?

Samael: Así como lo oye doña Gaby. Lo pensé bien y creo que no es justo ni comprensivo por mi parte obligarla a que eche a su propia nieta de este trabajo que le dio.

Gaby: Pues esto me deja... algo... sorprendida por no decir otra cosa. Usted ayer quería a toda costa que Carola se fuera de la disquera y hoy cambia de opinión así tan de repente, pero sin duda lo que más me sorprende es que haya tomado esta decisión, después del escándalo en que Carola lo metió anoche.

Samael: Carola no me metió en ningún escándalo. Yo mismo tuve la culpa de ello por mi falta de responsabilidad, lo acepto, pero ella no tuvo nada que ver. Como le digo, no me parece justo ni comprensivo, además tampoco tiene ningún sentido, era sólo un tonto capricho mío.

Gaby: (suspirando) Ya veo... Ah, pero no sabe el alivio tan grande que me causa su decisión Samael, me llena de una tremenda tranquilidad porque la verdad me tenía muy estresada tener que echar a Carola, no tenía idea de como hacerlo, ni de como decírselo, pero bueno...

Samael: Entre otras cosas, ¿cuándo podremos empezar a trabajar en la grabación de mi álbum?

Gaby: Para cuándo usted lo disponga, si desea el próximo lunes, ya que mañana es sábado.

Samael: Me parece bien (mira la hora en su reloj). Y bien, ya que hemos hablado esto y como va siendo hora del almuerzo, me retiro (se levanta). ¿Aunque sabe...? Sería bueno que viniera a comer con Esteban y conmigo. ¿Qué dice?

Gaby: Me encantaría Samael (le sonríe). Hace mucho no como acompañada.

Samael: En ese caso, vámonos. Conozco un buen restaurante.

Gaby: Sí, claro.

Gaby toma su bolso, revisa que en su escritorio no falte nada y sale de la oficina con Samael.

INT. / GABY MUSIC, CAFETERÍA / DÍA

Litzi está almorzando en una de las mesas de la cafetería, sola. Mientras come piensa nuevamente en la situación con su tío. De repente, reacciona por una llamada entrante en su celular.



Litzi: (contesta) ¿Aló?

Fernando: (hablando desde el teléfono de su casa) ¿Dónde estás? Te llamaba para preguntarte qué me dejaste de comer.

Litzi (nerviosa): No tuve tiempo de cocinar nada esta mañana tío, salí sobre el tiempo para la disquera.

Fernando (enojado): ¿Y entonces qué pretendes que coma estúpida?


Litzi: En la nevera hay sopa congelada y arroz, come eso si quieres.

Fernando: ¡Claro! Para mí solo comida vieja. Ya decía yo que no servías para nada. Vete al diablo (cuelga).

Litzi pone su celular sobre el escritorio y suspira muy deprimida, harta de su tío Fernando, mientras que él, en su casa, recibe una llamada, la cual, contesta:

Fernando: ¿Quién es?



Morticia: ¿Quién más va a ser? Soy yo.

Fernando: (sonriendo) Hola mi dama de la muerte. Al fin te dignas a llamarme.

Morticia: Ay, discúlpame mi viejis, es que he estado súper ocupada con mis negocios que me están volviendo más loca de lo que ya estoy.

Fernando: No te preocupes mi amor, llámame cuando quieras. ¿Y para qué me hablas?

Morticia: Para nuestra cita por el Messenger o el Facebook o lo que sea. ¿Se te olvidó?

Fernando: Noooo, no se me olvidó. Pero te propongo algo mejor. ¿Por qué no vamos a comer a un buen restaurante? Es que esa tonta de mi sobrina no me hizo nada. ¿Qué dices mi pichoncita?

Morticia: ¡Pos te acepto! ¿Dónde nos encontramos? Así nos conocemos de tú a tú.

INT. / RESTAURANTE / DÍA

Carola y Elisa se encuentran almorzando en un lujoso restaurante, cerca de Gaby Music, luminoso y con un fresco ambiente. Mientras que Elisa come ensalada de frutas, mira con cierta burla a Carola que se come maleducadamente la pata de la gallina con las manos.



Elisa: Carola, ¿por qué no usas los cubiertos para comerte eso?

Carola: (deja de comer) Es que no tengo mínima idea de como se utilizan. No sé de etiqueta (avergonzada).

Elisa: Ah, pero no te sientas mal por eso.

Carola: No, pero si no me siento mal, me avergüenza que es diferente, ¿pero sabes? A lo mejor un día de estos me meto en una clase para aprender.

Elisa: Eso sería maravilloso (se lleva a la boca un pedazo de ensalada con el tenedor).

Carola (emocionada): ¿Verdad que sí? Me gustaría hacerlo para que me caigan más los príncipes (ambas ríen).

Elisa: (pensando: Ya quisieras zarrapastrosa inmunda) Tienes razón, ¿pero de cuáles "príncipes" hablas? ¿Te refieres a los príncipes de los cuentos de hadas?

Carola: No, pues si yo sé que esos ya no se existen. Lo digo en otro sentido, en el sentido de que sean así de galanes. ¿Me entiendes? Como... (Se detiene).

Elisa: ¿Como quién? (intenta sacarle información).

Carola (nerviosa): Olvídalo.

Elisa: Está bien, pero por qué no me cuentas Carola... ¿Ya tienes ese príncipe con el que tanto sueñas? En pocas palabras, ¿tienes novio?

Carola (muy alertada): ¡No! ¡No tengo! Bueno, en realidad, ya encontré a mi príncipe (sonríe pícara).

Elisa: (fingiendo sorpresa) ¿De verdad? ¡Que bueno! ¿Lo conozco?

Carola: Sí, sí lo conoces, pero no sé si deba decírtelo, es que... (Indecisa).

Elisa: ¡Ay, por favor! Dime, puedes confiar en mí. Somos amigas y las amigas se cuentan todo, ¿no?

Carola: Pues sí, tienes razón, pero me da algo de vergüenza, además, no tenemos nada él y yo.

Elisa: ¿Él no te corresponde? ¿Cómo es eso? (sigue comiendo).

Carola: La verdad es que no sé, no sé si me corresponde o no, porque hoy... hoy me besó (se toca los labios) y no sé que signifique.

Elisa: ¡Vaya! ¡Eso si está bien raro! A lo mejor, tú siempre le has gustado a él, pero fingía lo contrario.

Carola (emocionada): ¿Será?

Elisa: ¡Claro! Por eso te lo acabo de decir. ¿Y me vas a contar quién es sí o no? (intrigada).

Carola: Está bien, te lo voy a contar, pero es un secreto. Solo lo sabe mi tía Morti, yo y ahora tú.

Elisa: Puedes confiar absolutamente en mí Carola, así que dímelo. Adelante.

Carola: Es... es Samael, Samael Sáenz (tímida).

Elisa (enojada): ¡No puede ser! ¡La tonta de Litzi me dijo la verdad!

Carola (extrañada): ¿De qué estás hablando? ¿Qué tiene que ver Litzi en todo esto?

Elisa (muy agitada): ¡Nada! No tiene que ver nada (toma su bolso y se levanta). Mejor vámonos ya, no me siento bien (saca unos billetes y los pone sobre la mesa).

Carola: (se levanta desconcertada) Sí, bueno, pero ¿qué te pasa? ¿Acaso te cayó mal que te dijera...?

Elisa: (le interrumpe) Sólo vámonos ya de aquí. ¿Qué parte de que no me siento bien no entendiste? (se va del restaurante).

Carola: ¡Uy! ¿Pues a ésta qué le pasó?

Carola muerde otro poco de la pata de gallina, lo deja sobre un plato y sale corriendo tras Elisa.

INT. / GABY MUSIC, PISO PRINCIPAL / DÍA

Horas después, Carola y Elisa llegaron a la disquera. Ninguna de las dos articuló palabra durante el camino. Mientras se bajaban del ascensor, Elisa altaneramente se dirigió a Litzi:



Elisa: ¡Litzi! ¿Está doña Gaby en su oficina? Tengo que hablar seriamente con ella.

Litzi: No, señorita Elisa, ella salió a almorzar con Samael Sáenz y su mánager Esteban.

Elisa: ¿Y cuándo diablos vuelve?

Litzi: No lo sé señorita, pero de seguro ya no debe tardar.

Carola: (a Elisa) ¿Y para qué quieres hablar con mi abuela?

Elisa: (riendo maliciosamente) Ya lo verás cuando llegue.

En ese momento, salen por el segundo ascensor, Gaby, Samael y Esteban. Morticia llega caminando por un pasillo.



Elisa: Que bueno que llega doña Gaby, para que hable de una buena vez con su nieta.

Carola: ¿Qué es lo que tienes que hablar conmigo abuela?

Gaby: (mirando a Samael) Nada Carola.

Elisa (alterada): ¿Cómo que nada? ¿Se le olvida que tiene que despedirla de esta disquera y conseguirle trabajo en otra parte?

Carola (desconcertada): ¿Es eso cierto abuela?

Morticia: ¿Qué está pasando aquí? ¿Qué me perdí?

Gaby: No te has perdido nada Morticia. Señorita Elisa, ya no pienso despedir a Carola.

Elisa (muy sorprendida): ¿Pero de qué está hablando? ¿Se ha vuelto loca? ¿Se le olvida que Samael se lo exigió?

Samael: Elisa, yo hablé con doña Gaby y no pienso obligarla a que despida a Carola, por dos simples y sencillas razones (se acerca a Carola). La primera, no es necesario, como le dije a ella es solo un capricho mío que mezclé con lo laboral, un error que como ves, ya lo rectifiqué.

Elisa: (respirando muy agitada) ¡Claro! Ya me lo imaginaba. No quieres sacarla de esta disquera, porque ya no es una molestia para ti ¿no? Ya se trata de algo más.

Samael: Pues sí, tienes razón y aprovecho que todos están reunidos, para decirles la segunda razón de haber rectificado mi decisión. Se debe también a que Carola... es mi novia (la toma de la mano).

Todos los presentes, frente a tal noticia, se quedan sumamente sorprendidos, pero sin duda la más sorprendida es Carola que nuevamente se ha quedado prácticamente en shock, desconcertada y sonrojada.





CONTINUARÁ...

No hay comentarios:

Publicar un comentario