lunes, 27 de mayo de 2013

¡Mi Príncipe! // Capítulo 9 // Sucios propósitos

Un extraño hombre acaba de llegar a Gaby Music, por el que todos se llevan una gran impresión.



Señor: (cordialmente) Buenos días a todos.

Morticia: (soltando a Litzi del pelo sorprendida) ¡Madre de las calaveras! ¿Pero de dónde salió este muñeco? (se muerde el labio sensualmente).

Gaby: Buenos días. ¿Puedo saber quién es usted? ¿Se le ofrece algo?



Elisa: (saliendo de su oficina muy emocionada) ¡Pero si eres tú! ¡Padrino Spock! ¡Bienvenido!



Morticia, Gaby y Litzi se quedan totalmente desconcertadas frente a lo que ven. Elisa va a abrazar a su extravagante padrino, que viene vestido con una ropa intergaláctica.

Spock: (correspondiendo el abrazo) ¡Mi lucerito! ¡Pero que guapa estás! Mucho mejor que las chicas en bikini del planeta de las Amazonias (ríe).

Elisa: (riendo) ¡Ay padrino! Tú y tus ocurrencias. Mira te presento a doña Gaby, ella es la dueña legítima de esta disquera.

Spock: Mucho gusto señora (le besa la mano a Gaby). Es un placer conocerla.

Gaby: Igualmente. Ya me ha quedado un poco más claro a que se debe su visita. Supongo que a ver su nieta.

Morticia: (empujando a Gaby y haciéndola caer) ¡Yo también estoy encantada de verte! Yo misma me presento. Me llamo Morticia, diva de lo sobrenatural, reina del más allá y estoy nominada al premio nobel del rostro más carismático de este plano terrenal. Además te adelanto mi corazón que soy socia de esta chuzo (se refiere a la disquera).

Spock: Muchas gracias por presentarse doña Morticia. También es un placer conocerla.

Elisa: Bueno padrino, por favor pasa a mi oficina. Más tarde podríamos almorzar juntos, ¿no te parece?

Spock: Claro.

Elisa se va a su oficina de gancho con Spock, al tiempo que Morticia no puede evitar sentirse derretida de amor por él. Al fondo Litzi ayuda a Gaby a levantarse del piso.

Morticia: (llevándose las manos al pecho) Ese es el príncipe que me acabó de llegar como diría mi sobrina Carolis (suspira enamorada). No como el pobre viejis de Fernando que se lo llevaría un tornado de lo debilucho que es (ríe). Por cierto, mejor lo llamo para terminarle (saca su celular) y para que sepa de una vez que ya mi corazón late por otro hombre a mil años luz.

Morticia le marca a Fernando, el tío de Litzi, pero éste no lo contesta.

INT. / HOTEL, HABITACIÓN DE SAMAEL / DÍA

Carola acaba de tomarse un baño y sale de la ducha, cubriéndose con una toalla el cuerpo y con otra el cabello.



Carola: ¡Uy! ¡Que rica estaba el agua! Me sentí como en las nubes. (Gritando) ¡Samael! ¿Estás aquí? ¿Samael?

La muchacha se asoma alrededor de toda la habitación y se da cuenta que Samael no está.

Afuera, Samael viene caminando por el pasillo usando una ropa deportiva, ya que había salido a trotar temprano. Justo cuando iba abrir la puerta de la habitación, se encuentra con Esteban.



Esteban: Buenos días Samael.

Samael: Hola Esteban. ¿Pasaste buena noche?

Esteban: No sabría que decirte. Me sucedió algo muy inusual anoche y casi no pude dormir pensando en ello, pero bueno. ¿Saliste a trotar?

Samael: Sí, no soy de quedarme en la cama hasta tarde. Pensaba pasar por Gaby Music luego de tomarme un baño. Justo iba entrar a hacerlo. ¿Podrías esperarme abajo mientras estoy listo?

Esteban: Por supuesto (se va yendo). No te tardes, eh...

Samael: No te preocupes.

Samael finalmente abre la puerta y se queda boque abierto al ver a Carola de espaldas despojarse de la toalla que cubría su cuerpo.

Samael: (mirando de arriba a abajo) ¡Madre mía!

Carola al escuchar la voz, inmediatamente voltea, se mira así misma, luego mira a Samael y muy avergonzada se tapa los pechos con las manos, al tiempo que pega un grito fuertísimo. Samael también grita a la misma vez.

Samael (dejando de gritar muy avergonzado): Dis... dis... discúlpame. Yo... yo...

Carola: (toma rápidamente la toalla y se cubre) ¿Qué haces pelándome el ojo? ¡Sal inmediatamente! (se sonroja). ¡Sal! (toma una almohada y se la tira).

Samael: (se cubre los ojos con las manos) ¡Sí, sí, ya salgo, ya salgo! ¡Cálmate!

Samael en medio de su afán por salir con los ojos cubiertos, se golpea la cabeza contra la pared.

Samael: ¡Auch!

Carola: ¿Qué esperas pervertido? ¡Sal ya! (le tira otra almohada).

Samael: ¡No estoy mirando nada, te lo juro! Ya estoy saliendo.

Y finalmente, Samael sale de la habitación y tras él, cierra la puerta, quedándose casi sin aliento por lo que acaba de ver.

INT. / GABY MUSIC, OFICINA DE ELISA / DÍA

Elisa y Spock están en la oficina de la primera. Mientras Elisa toma asiento, invita a su padrino a tomarlo también.



Elisa: (sentándose) Por favor siéntate padrino. ¿Te gustaría tomar un café o alguna otra cosa?

Spock: (sentándose) No, gracias. Tomé bastante café en la nave intercontinental.

Elisa (extrañada): ¿Nave intercontinental? ¿Te refieres al avión?

Spock: ¡Bingo! Jejeje. ¡Avión! Así se llamaba. No lo recordaba. Pero entre otras cosas, me gustaría conocer los motivos por lo que me obligaste a que viniera aquí.

Elisa: ¡Ay padrino! Acabas de llegar. No te apresures a las cosas.

Spock: No es que me quiera apresurar Elisa. Sólo me gusta tener todo claro desde el principio, así que te escucho.

Elisa: (dándose la vuelta en la silla) Pues bueno, ya que tú lo pides, iré al grano (se queda quieta). Verás... hace varios años he estado enamorada de un amigo, de Samael Sáenz. Lo conoces ¿no?

Spock: Es uno de los ídolos pop más conocidos de Latinoamérica. Claro que lo conozco.

Elisa: Pues bien. Él actualmente tiene un contrato vigente con esta disquera para la grabación de su próximo álbum. En pocas palabras, ya no quiero seguir perdiendo el tiempo y ahora que los dos estamos trabajando juntos, deseo más que nunca conquistarlo.

Spock: Pero no entiendo en qué puedo ayudarte a conquistar un hombre.

Elisa: Tú no puedes ayudarme a conquistarlo, de eso me encargo yo, pero en lo que sí puedes ayudarme es a sacar del camino la zarrapastrosa que me impide que sea mío.

Spock se queda escuchando con atención a Elisa.

INT. / HOTEL, HABITACIÓN DE SAMAEL / DÍA

Carola ya se encuentra vestida con el uniforme de secretaria, sin embargo, aún está muy avergonzada por lo que acaba de suceder. Con la mano puesta sobre la perilla de la puerta, no sabe si salir o no de la habitación.



Samael: (hablando desde afuera) Carola... Sal ya, por favor. Mira, si te sirve de consuelo, te prometo que olvidaré tanto lo que vi como lo que pasó, pero sal. Necesito entrar.

Carola lo piensa un breve momento, suelta un suspiro y abre la puerta, viendo a Samael parado frente a ella.

Samael: (sonriendo) ¿Ves que no era tan difícil?

Carola: Pues para ti no, pero para mí sí porque era yo la que estaba en bola. ¿Tú en mi lugar cómo te sentirías?

Samael: (sonriéndole pícaramente) ¿Sabes algo? (la toma de la cintura y la lleva hacia él). Después de verte desnuda, no sé por qué, pero creo que me gustas más.

Carola: (sonrojada) ¡Oye! ¿Qué te pasa pervertido? ¡Suéltame! (trata de soltarse).

Pero Samael en vez de soltarla, la aprieta más contra él y sin dejar pasar ni dos segundos, atrevidamente la besa. Carola abre los ojos de la sorpresa y comienza a golpear a Samael en el pecho con las manos empuñadas. En eso, ella logra soltarse.

Carola: (lo abofetea ofendida) ¡No vuelvas a hacer eso!

Y se va, pero Samael la toma del brazo, girándola y nuevamente la besa. Esta vez, Carola no puede evitar corresponderle, pero en ese momento, ninguno de los dos se percata que Esteban viene. Al verlos, la sonrisa de su rostro se borra e inmediatamente se devuelve, haciendo un ruido. Carola se desprende de los labios de Samael avergonzada.



Esteban: Eh... disculpen por favor, yo sólo venía y no quería interrumpirlos. Discúlpenme, por favor (se va corriendo).

Carola: (sale tras él) ¡Oye, no Esteban!

Samael: (la detiene tomándola del brazo) ¡Déjalo y sigamos con lo nuestro!

Carola: ¡Suéltame! (se desprende de Samael). Debe estar pensando lo peor de mí. Debe creer que pasé la noche contigo y que soy de esas chicas que no tienen dignidad. ¡Ay no! (se toca la cabeza desesperada).

Carola sale detrás de Esteban, aunque él ya se ha adelantado bastante. Samael se queda suspirando resignado. Esteban intenta subirse al ascensor, el cuál está ocupado, por lo que decide esperar, pero al ver a Carola venir hacia él, dobla por las escaleras con rapidez. Ella aún sigue tras él.

Carola: (bajando las escaleras) ¡Oye Esteban! ¡Espérame! Quiero explicar... ¡Ah! (se desliza y cae).

Esteban al escuchar el grito, se detiene y corre hacia Carola que ha quedado desparramada en uno de los escalones.

Esteban (muy preocupado): ¿Estás bien Carola? ¿Te hiciste daño?

Carola: No, sólo... (Se toca la cadera) ¡Auch! Sólo me lastimé un poco la cadera, caí casi que sentada. ¡Ay!

Esteban: ¿Puedes levantarte? Sino, ahora mismo llamo a Samael para que te llevemos a un hospital, no vaya a ser que tengas algo fracturado.

Carola: No me fracturé nada, me lastimé. Solo ayúdame a pararme, por favor.

Esteban: Claro.

Él le presta ambas manos a Carola; ella las toma y con fuerza, Esteban la empuja hacia él.

Esteban: No entiendo que hacías siguiéndome. Lo que buscaste fue hacerte daño.

Carola: Te seguía para explicarte que lo que viste no es lo que crees.

Esteban: Carola...

Carola: No, de verdad, no pasé la noche con Samael. Él solo fue bueno conmigo y me dejó quedarme en su habitación, porque yo no tenía donde pasar la noche y...

Esteban: (le interrumpe) Carola escúchame. No te estoy pidiendo explicaciones y sinceramente no sé por qué me las estás dando. Tú y Samael tienen una relación. Eso yo lo tengo claro y es normal que se la pasen juntos como novios que son.

Carola: (cabizbaja) Es que no quiero que pienses algo que no es. (Levanta la cabeza) Además, Samael y yo somos nada, ni novios. Esa relación que tenemos no es formal ni oficial. Sólo estamos empezando.

Esteban: (molesto le habla duramente) Carola, retomo lo que acabo de decirte, no quiero ni necesito explicaciones porque no me interesa ni me importa que relación tienes tú con Samael. Allá ustedes. Por lo menos a mí, no me importa en lo más mínimo, así que déjame en paz con eso.

Y se va caminando aligeradamente. Carola no puede evitar quedarse sorprendida y una congestión en el pecho la invade.

Carola: Esteban...

INT. / GABY MUSIC, OFICINA DE ELISA / DÍA

Elisa le sigue explicando a su padrino Spock cómo puede ayudarle él en su conquista.



Spock: (aterrado) ¡Por todas las santas galaxias! ¿Te has vuelto loca Elisa?

Elisa: (riendo) ¡Ay, claro que no padrino! O bueno... sí, estoy loca (se hace con los
dedos rulos en el pelo), pero de amor por Samael.

Spock: El que estés enamorada de ese hombre no justifica que vayamos a hacerle tal maldad a una pobre muchacha. Discúlpame, pero no estoy dispuesto a ayudarte.

Elisa: ¿Perdón? Haber padrino, ¿tú no has entendido que pasa si no me ayudas? ¿Quieres que te recuerde que ahora estarías pudriéndote en la cárcel si yo le contara a mi padre que le has robado a su empresa durante cinco años?

Spock: (se levanta furioso) ¡Ya basta Elisa! ¡Ya basta de chantajearme con eso! Ni siquiera, tienes pruebas que me incriminen.

Elisa: (hablando reciamente) ¡Claro que sí! Yo soy la encargada de revisar el estado financiero de la empresa. ¡Por favor padrino! Mueves inmensas sumas de dinero a escondidas. No te he acusado porque no le doy importancia, pero anoche lo pensé y se me ocurrió que chanta
jeándote con eso, puedo lograr que me ayudes en mi cometido.

Spock: ¿Pero por qué me tenías que escoger a mí para ayudarte en tus sucios propósitos? ¿Por qué no a otra persona, carajo?

Elisa: Porque eres la única que puede, pero bueno. Aquí el único que resulta perdiendo eres tú si te atreves a darme la espalda. Y discúlpame, pero, como dice el dicho "soldado avisado no muere en guerra", para que lo vayas teniendo en cuenta (dice irónicamente).

Spock: ¡Eres una desgraciada Elisa! (se da la vuelta frustrado). Es increíble que tengas... una mente tan retorcida. ¿Cuándo quieres que lo haga todo?

Elisa: Lo más pronto posible. Puedes empezarlo a hacerlo hoy, poco a poco.

Spock frustrado, sale de la oficina de Elisa. Ésta se queda hablando para sí misma.

Elisa: La pobre cucaracha de Carola, pobrecita, no se imagina que en unos días va a estar refundida en la cárcel. ¡Ay no!

Y comienza a reír como loca. Spock se dirige al ascensor, pero se detiene pensando en la manera en que puede empezar a ayudar a su ahijada.

Spock: (pensando: ¿Cómo puedo lograr robarle a la tal Carola sus documentos de identidad? Primero que todo debo encontrar una manera de llegar a ella).

Morticia a lo lejos, ve a Spock e inmediatamente se descota un poco la blusa y va caminando hacia él.



Morticia: ¡Ejem! ¡Hello corazón! ¿Te acuerdas de mí?

Spock: Claro, nos vimos hace un momento doña... perdone, olvidé su nombre.

Morticia: ¡Pos te lo repito! Me llamo Morticia Gómez, pa' servirte y como sabrás, soy una de las más importantes socias de esta disquera que es propiedad de mi hermana Gaby.

Spock: ¡Ah, sí! Ya recuerdo. Bueno, pues yo también le repito que es un placer conocer una dama tan... simpática como usted doña Morticia.

Morticia: Ay, pero por favor quítale eso de doña que me hace sentir más vieja que una menopáusica en celo, ¿sabes qué significa eso?

Spock (extrañado): No, la verdad no lo sé.

Morticia: ¡Pues yo tampoco! (ríe). Lo cierto es que como me has caído tan bien (lo mira de arriba a abajo mientras se muerde el labio sensualmente) me gustaría invitarte a almorzar a un restaurante cercano para que nos conozcamos mejor.

Morticia le guiña el ojo a Spock, algo que lo hace sentir incómodo.

Morticia: ¿Qué dices? ¿Me aceptas la propuesta?

Spock: (indeciso) Este... no, creo que... ¡Está bien! Le acepto la propuesta Morticia (dice suspirando resignado).

Morticia (muy emocionada): ¡Perfecto! Me encanta conocer gente que tenga cosas en común conmigo. Nos vemos a la una en la cafetería Amour.

Spock: Allá estaré entonces. Hasta ahora.

Spock prácticamente sale corriendo de Morticia, mientras ella, cegada por el enamoramiento, solo suspira.

Morticia: (cantando) ¡Estoy enamorada, enamorada, enamorada! (se va a su oficina con el mismo coro).



Litzi: (murmurando) Ahora sí que a esta vieja se le terminaron de fundir las neuronas.

Litzi, luego de decir tal cosa, continúa haciendo su trabajo.

INT. - EXT. / AUTO DE SAMAEL / DÍA
En el auto de Samael, éste se encuentra conduciendo. Carola está sentada a su lado, mirando por la ventanilla pensativa.



Samael: Oye ¿qué te sucede? Te has quedado callada desde que salimos del hotel. ¿En qué tanto piensas?

Carola: En nada, no me hagas caso. Más bien se me hacía raro que Esteban no nos hubiera acompañado a venir a la disquera.

Samael: Me llamó para decirme que debía hacer unas diligencias en el centro de la ciudad, además también se está encargando de encontrar un buen apartamento para mí, por eso no pudo acompañarnos. No tiene nada de raro.

Carola: No sé, siento que nos está evitando por alguna razón. Fíjate que cuando fui tras él, me habló como esponjado.

Samael: No te preocupes por él. A lo mejor hoy se despertó deprimido. Desde hace meses es así y no es para menos con lo que le pasó.

Carola (sorprendida): ¿Con lo que le pasó?

Samael: Sí, le pasó algo hace muchos meses que fue muy duro para él. Eso dejó a Esteban sumiso en una gran depresión, de la que apenas ha podido recuperarse.

Carola: (pensativa) Ya veo. ¿Y qué fue lo que le pasó?

Samael: Perdóname, pero no me corresponde a mí contártelo. Hace parte de su vida privada, por eso que sea él quien te lo diga. Y cambiando de tema ya vamos a llegar.

Carola se queda pensativa, con la incógnita de saber cuál es el triste pasado de Esteban.

INT. / GABY MUSIC, OFICINA DE ELISA / DÍA

Elisa está sentada en su silla, dando vueltas mientras sonríe con malicia. En un momento dado, se queda quieta.



Elisa: Perfecto. Cuando mi padrino Spock logre robar algo que le pertenezca a la zarrapastrosa de Carola, yo la culparé de un robo en mi propiedad. Obviamente, ella será la principal sospechosa porque la policía encontrará como prueba eso que mi padrino le robó. Una vez en la cárcel, me dejará el camino libre con mi Samael y así, él será solamente mío. El plan es perfecto. A parte de eso, debo encontrar una forma de que ella se desilusione de Samael, eso aún tengo que planearlo...

De repente, Litzi le habla mediante el teléfono.



Litzi: Señorita Elisa, como usted me dijo que le avisara cuando Samael y la zarrapastrosa llegaran, pues para eso le hablo, para decirle que acaban de llegar.

Elisa: (sonriendo) Gracias Litzi.

Elisa se levanta y sale de su oficina para recibir a Samael. Con una sonrisa hipócrita, camina hacia él, ignorando por completo a Carola. Ésta última se siente incómoda con la presencia de Elisa y sólo se cruza de brazos, mirando para otra parte



Elisa: ¡Samael! (lo besa en la mejilla). Que bueno que llegas. Necesitaba hablar contigo.

Samael: Yo también Elisa. La verdad ayer no tuvimos oportunidad de hablar calmadamente. Me gustaría explicarte algunas cosas.

Elisa: Pues bien, pasemos a mi oficina. Allí podremos hablar sin que nadie nos interrumpa. Y tú (hablándole a Carola), vete a hacer tu trabajo. Ya has perdido bastante tiempo llegando una hora tarde.

Carola: No se preocupe. Yo más que nadie sé muy bien mis responsabilidades.

Carola se va a su puesto de trabajo. Elisa y Samael pasan a la oficina de la primera. En eso, Morticia que viene por un pasillo los ve y extrañada va a hablar con Carola.



Morticia: ¡Quiubis mija! Hasta que por fin llegas. Donde se entere la Gaby que llegaste tarde a tu trabajo te pone como un comino.

Carola: Ya lo sé tía. Precisamente la vieja bruja de Elisa me lo acaba de decir. Y debe estar loca. Ayer me invita a almorzar y es amable conmigo y hoy es un ogro. Debe ser de esas personas que se llaman... bipolares. ¡Sí, eso! ¡Bipolares!

Morticia: ¿Y por qué va tu príncipe acompañado de ella? Mira que hasta se metieron a la oficina.

Carola: No sé, disque tienen que hablar unas cosas o algo así, quién sabe.

Morticia: ¡Ay mi Carolis! Yo que tú me pondría las pilas. No vaya a ser que la huesuda esa te lo quite.

Carola: Tía, Elisa no me puede quitar a Samael porque él y yo no somos novios ni somos nada.

Morticia: Pos entonces explícame mi niña porque no entiendo nada. ¿No se supone que tu príncipe dio ayer la noticia?

Carola: Sí, él le dijo a todo el mundo que éramos novios, pero la realidad es que no. Digamos que hasta el momento solo llevamos una relación de iniciación, como un período de prueba, ¿me entiendes? Lo que pasa es que me da miedo que esa atracción tan repentina que Samael siente hacia mí, solo sea una excusa para verme la cara de idiota. Si después de un tiempo, veo que en realidad él es un príncipe y no un sapo, entonces si seremos novios oficiales.

Morticia: ¡Perfecta idea mi niña! ¡Saliste igual de abeja que yo! Y es que uno nunca sabe a que enfrentarse con los hombres. Entre otras cosas, los príncipes están de moda por estos días.

Carola (extrañada): ¿Por qué lo dices?

Morticia: Es que antes de que tú llegaras, vino un hombre guapísimo. Se llama Spock y vamos a almorzar juntos más tarde. Lo único malo es que es el padrino de la Elisa y al parecer la vino a visitar. Fíjate que es un hombre del espacio y es tan simpático como yo (ríe). Por eso creo que nos llevaremos very good.

Carola: (sonriendo) ¡Pues ojalá que sí!

Mientras las chicas continúan platicando, en la oficina de Elisa, ella y Samael hacen lo mismo. Los dos están sentados.



Samael: Bien, pues ya que estamos aquí, ¿quieres comenzar tú primero o prefieres que hable yo?

Elisa: Por esta vez tomaré la palabra yo primero (ríe). Samael... principalmente para lo que quería hablar contigo era para disculparme por la actitud que tomé ayer cuando diste la noticia de que Carola era tu novia. Te confieso que me dejó súper impresionada, yo...

Samael: (le interrumpe) Elisa no te preocupes por eso. Comprendo tu actitud, créeme que la comprendo a la perfección porque sé lo que sientes por mí.

Elisa (muy sorprendida): ¿En... en serio? ¿Sabes que es lo que siento por ti?

Samael: Claro, lo sé desde que nos conocemos. Tú sientes por mí un gran aprecio, al igual que yo por ti.

Elisa (decepcionada): Ah, a ese sentimiento te referías.

Samael (extrañado): ¿Y a cuál otro más debía referirme?

Elisa: A ninguno, no me hagas caso por favor (ríe con desánimo). Pues sí Samael, siento por ti un gran aprecio, más del que te imaginas. Aunque no lo creas, tú significas muchísimo para mí y... me puse celosa de Carola, quiero decir, me puse celosa en el sentido de que todos estos años que tenemos de amistad, siempre has estado soltero y eso ha fortalecido esa relación y me preocupa que ahora que tienes novia, nuestra amistad se deteriore.

Samael: Por eso tampoco te preocupes Elisa. Ahí entra lo que quería explicarte. Tú eres una persona muy especial para mí también. Nuestra amistad no va a deteriorarse por el hecho de que ahora ya no esté soltero. Además, para tu información, Carola y yo aún no somos novios oficiales. Solo llevamos una relación de iniciación.

Elisa: Ya veo, pero supongo que luego de un tiempo la relación pasará algo más serio, ¿no?

Samael: La verdad eso no depende de mí, sino de Carola. Ella fue la que pidió un tiempo para aclarar sus ideas. (Se levanta) Y bien, ahora que todo ha quedado claro para ti, me retiro. Iré a hablar con doña Gaby.

Elisa: ¡Samael, espera! Antes de que te vayas, quería hacerte una propuesta a cenar esta noche. Como verás, desde que llegué a este país, he sido muy monótona, paso las noches muy sola y creo que necesito estar en otra ambiente. ¿Qué me dices? ¿O ya tienes planes para salir con Carola?

Samael: No, no tengo planes con ella. Creo que sí podemos cenar juntos esta noche, claro, si no me presenta algún inconveniente.

Elisa: (sonriéndole) Ok, más tarde te llamo para que me confirmes y de paso te digo el restaurante y la hora.

Samael: Bien.

Samael sale de la oficina de Elisa. Ésta se queda sonriendo pensativa, tramando algo malo.

INT. / GABY MUSIC, OFICINA DE GABY / DÍA

Gaby se encuentra sentada en su oficina, escribiendo algo en su computador portátil. Litzi está también presente sentada.



Litzi: Y ese es el informe de las ventas de este mes doña Gaby. Como verá, a comparación de las ventas del anterior mes, bajaron un poco.

Gaby: (dejando de escribir) Seguramente se debe a que no hemos lanzado nada nuevo y todos los álbumes que se están comercializando se lanzaron hace ya varias semanas. Además, la gente prefiere descargar las canciones por internet que comprarlas. Definitivamente la tecnología tiene más perjuicio que beneficio (ríe).

Litzi: Sí, tiene razón, pero supongo que pronto van a empezar la grabación del álbum de Samael Sáenz. Yo estoy 100% segura que apenas esté a la venta, la economía de la disquera se va disparar por los cielos (se emociona).

Gaby: Pues eso espero muchacha, porque a este paso creo que tendré que empezar a preocuparme.

En ese momento, tocan la puerta.

Gaby: Adelante.



Samael: (entrando a la oficina) Con permiso doña Gaby. Venía para hablar con usted, pero si está ocupada, puede ser más tarde.

Litzi: (levantándose) No, yo ya me retiraba. Solo le traía un informe de ventas a doña Gaby. Con permiso (sale y tras sí, cierra la puerta).

Gaby: Por favor tome asiento Samael.

Samael: (sentándose) Gracias doña Gaby.

Gaby: Y bien, ¿qué es eso que debía hablar conmigo? ¿Se trata de la grabación de su álbum?

Samael: No. Se trata de la noticia que di ayer acerca de la relación que existe entre su nieta Carola y yo. Quedamos en que luego le explicaría.

Gaby: ¡Ah, sí! Ya recuerdo. Me quedé desconcertada, porque luego Carola salió con que tampoco sabía que usted y ella eran novios. No entendí por qué. ¿Acaso era una sorpresa también para Carola?

Samael: Exactamente. Yo en ningún momento le propuse a ella si quería ser mi novia. Cuando lo dije delante de todos, Carola ni siquiera se lo imaginaba. Lo que sí puede tener claro es que entre los dos hay química.

Gaby: Ya entiendo todo, pero ahora me surge una duda. ¿Al final usted y mi nieta realmente tienen una relación formal?

Mientras Samael le explica a Gaby que hasta el momento él y Carola solo llevan una relación de iniciación, ésta última está en su puesto de trabajo aprendiendo como manejar el computador.



Carola: (muy confundida mirando la pantalla) ¿De dónde se abre el Internet? (suena el teléfono de repente). ¡Ay madre mía! ¡Que susto! (Contesta con simpatía) Disquera Gaby Music. Habla Carola. ¿En qué puedo servirle?



Esteban: (habla desde su celular en un taxi) ¡Carola! ¡Que bueno que contestas tú! Soy yo, Esteban.

Carola (sorprendida): ¿Esteban? Discúlpame, me sorprende un poquito tu llamada. La verdad no me la esperaba.

Esteban: Lo sé, pero necesitaba urgente hablar contigo. Mira, luego de que me fui del hotel, me sentí muy mal por haberte hablado por como te hablé. Créeme, me arrepiento. No sé que me pasó.

Carola: Eh... bueno, no sé que... no sé que decirte.

Esteban: Ni tampoco hace falta que me digas nada. Quiero disculparme contigo Carola, me comporté como un patán.

Carola: No te preocupes Esteban. Todos tenemos días en los que nos levantamos con el pie izquierdo, dímelo a mí que tengo más que experiencia (ríe).

Esteban: Sí, tienes razón, pero eso no fue lo que me puso de mal humor. Carola, ¿qué te parece si cenamos esta noche? Es para compensarte, como modo de disculpa. ¿Qué dices?

Carola: (consternada) ¿A cenar?

La chica no sabe que responderle a Esteban.



CONTINUARÁ...

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